Luis Castro
Cambia, todo cambia. Newell's volvió a recuperar la sonrisa luego de la tristeza que lo embargó días atrás en la fatídica noche ante Almagro (cayó 2-0). Pero con fútbol, concentración y empuje, el equipo del Ruso Ribolzi logró trocar insultos por el aplauso que le brindaron los más de 25.000 hinchas que colmaron el Coloso. Es que el contundente 3 a 0 obligó a que esos mismos simpatizantes que le mostraron su ira a los jugadores, esta vez gozaran con el triunfo que trajo paz y tranquilidad por el Parque. Se sabe que el hincha es exitista y en apenas unos minutos puede modificar su opinión. Y anoche los jugadores leprosos hicieron que esto suceda. El canto de victoria -por goleada- motivó a que todo el mundo rojinegro esté feliz. Y gozara con este contundente triunfo. Porque fue así, Newell's ganó con contundencia y superó a un tibio y desconocido Huracán. La imagen es todo. Había que cambiar de imagen en el Coloso y obtener cierta regularidad, por eso Newell's salió decidido a encontrar el gol que le diera la tranquilidad necesaria para un partido que, a priori, aparecía como complicado. Y en la primera jugada en el área del Globo, Fuentes se elevó ganándole a todos y de cabeza decretó el 1 a 0 cuando las agujas del reloj habían marcado 4 minutos. Ese tanto tranquilizó al equipo que impuso el juego ante un apático rival. Porque Huracán lejos estuvo de ser aquel de los últimos encuentros donde salió victorioso y logró estar al acecho por conseguir un lugar en la Mercosur. Newell's proponía el juego y manejaba la pelota en el mediocampo. Grabinski y Ponzio borraron de la cancha tanto a Padra como a Berti, dos de los generadores del fútbol de los quemeros. Recién a los 14 la visita le acercó la pelota al debutante Palos. Poco y nada para un equipo con intenciones de pelear por un lugar en la Copa. Ante la ausencia obligada por lesión de Saldaña, Manso fue el encargado de conducir a los de Ribolzi. Y el Piojo logró cumplir con este mandato. Incluso cuando el primer tiempo se cerraba estampó el balón contra el travesaño y en la jugada siguiente habilitó a Pavlovich, quien perdió en el mano a mano con Martín Ríos en una clara jugada de gol. Newell's ganaba y estaba bien. Pero los hinchas maldecían una y otra vez por el gran desacierto de los rojinegros a la hora de definir y estirar la ventaja. Pleito liquidado. Todo hacía presagiar que los dirigidos por Babington iban a tratar de equiparar el marcador. Y eso es lo que intentaron, pero se encontraron con un Manso enchufado que de contra le metió un pase magistral para que Pavlovich fusilara por primera vez a Ríos y sepultara las ilusiones quemeras. El descontrol del globo se acrecentaba y Newell's lo aprovechaba. Los espacios que regalaba la visita fue aprovechada por los del Parque. Tan es así que Rosales se escapó por la derecha y su centro terminó en la cabeza de Pavlovich, quien cerró su gran noche marcando el tercero para Ñuls y el segundo de su cosecha personal. A esa altura aún restaban 20 minutos, pero los quemeros habían bajado los brazos y sólo atinaron a esperar el final del encuentro. Newell's recuperó el gol y la victoria, que sin dudas servirá para llevar tranquilidad después de algunos días de furia. Por eso, en la Semana Santa se puede decir que, por ahora, la casa está en orden.
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