La reina Isabel de Gran Bretaña cuestionó duramente ayer a la prensa por la operación secreta contra su nuera Sophie, que la ha obligado a renunciar a su puesto de presidenta de una compañía de relaciones públicas. Sophie, conocida como la condesa de Wessex, anunció su dimisión después de que un diario británico publicara fragmentos de los comentarios sobre la familia real emitidos por la nuera de la reina Isabel a un periodista que, haciéndose pasar por un jeque árabe, ofrecía un sustancioso contrato a su compañía. "Estoy profundamente afectada por la trampa en la que tanto yo como mi empresa hemos caído, pero lo que más lamento es mi falta de juicio al sucumbir a ese subterfugio", dijo la esposa de Eduardo, a través de un comunicado del Palacio de Buckingham. La reina, en un comunicado separado dijo que respaldaba los esfuerzos de su familia y criticó a la prensa por su conducta. "Deploro la trampa, subterfugios, indirectas y mentiras" a las que han sometido al conde y la condesa, y sostuvo que apoya "totalmente los esfuerzos de la pareja por conciliar sus deberes reales y carreras profesionales". El alboroto empezó hace una semana, cuando los diarios ingleses dieron a conocer lo que llamaron declaraciones irrespetuosas de la condesa sobre figuras públicas (inicialmente tomadas por un medio engañosamente) y hasta un supuesto tráfico de influencias para quienes contrataran a su compañía de relaciones públicas, dada su pertenencia a la Casa Real.
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