A don Pablo Sánchez (72 años) el padre Claudio Castriccone lo llama "Vitamina", por el apodo del jugador de Central que tiene el mismo nombre y apellido y porque "el viejo tiene una fortaleza de vida a prueba de todo". Hace poco rescató del abandono a un hombre mayor como él, lo atendió, se preocupó por su salud y hasta localizó a la familia. Dedica sus días a la gente de su edad ya que, a través del centro de jubilados donde trabaja, reparte bolsones de comida y hace trámites por otros. Don Pablo se crió en el barrio y, aunque estuvo ausente por mucho tiempo, regresó hace 17 años. Fue uno de los fundadores de la vecinal y del centro de jubilados. Padece una parálisis facial que no le impide andar y pelear por las cosas de su gente. Y se entusiasma cuando encuentra jóvenes con iniciativas y ganas de hacer algo.
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