Las Varillas (enviado especial).- Mientras la Justicia y la policía de Córdoba siguen buscando pistas que le permitan descubrir quiénes fueron las personas que mantuvieron secuestrado durante 24 horas al hacendado José Angel Dolza, en todos y cada uno de los rincones de esta ciudad se siguen comentando los pormenores de viejas rencillas familiares ocultas tras un manto de formalidad. Claro que esa doble vida no es exclusividad de los Dolza, dicen los vecinos, sino de "muchas familias varillenses que se muestran socialmente como ejemplos y puertas adentro de sus hogares son todo lo contrario".
"Aquí se conocen disputas familiares por herencias de dos pesos, por una silla o por un pequeño terreno improductivo que han terminado con hermanos sin hablarse de por vida, con matrimonios destruidos y con familias tradicionales que rompen sus lazos", comentó el jefe del Distrito Las Varillas de la policía cordobesa, comisario Manuel Alberto Juárez.
"Realmente me sorprendí cuando presentaron la denuncia por el secuestro porque esos son hechos que aquí sólo se conocen por los diarios" dijo Juárez a La Capital en su despacho de la comisaría. "Aquí todavía se dejan las puertas abiertas, las bicicletas y motos sin candado y los autos con las llaves puestas. Tenemos un índice delictivo muy bajo y que ocurra un secuestro es por demás de llamativo", manifestó el jefe policial.
Amparado en el secreto de sumario y la derivación de la causa Dolza a la jurisdicción de Villa María, Juárez prefiere no comentar pormenores de la investigación. Aunque aclara que "Dolza tiene una custodia personal y tenemos órdenes de hacer un seguimiento medido a sus hijos".
"Conservadores y cerrados"
"Hay que conocer muy a fondo lo que es esta ciudad para entender las cosas que pasan. Es una sociedad muy conservadora en sus formas, muy cerrada en su mente y de gente muy miserable en lo económico. Aquí todo se mide en base a las apariencias y se jactan de su formalidad, pero en realidad todos saben y lo hablan en voz baja, de la doble vida que lleva mucha gente". La descripción pertenece a Adriana Rivero, una periodista de Radio Regional Las Varillas que sigue de cerca el caso Dolza y que, por su posición ante los micrófonos, es considerada una referente en la ciudad.
En su joven memoria Adriana guarda innumerables recuerdos y anécdotas que no sólo pintan de cuerpo entero a Las Varillas sino también a los Dolza y otras tantas familias de esta ciudad. "Conozco el caso de una mujer separada que fue acosada telefónicamente durante un mes por un hombre. Cuando la mujer se cansó y le dijo que lo iba a denunciar el tipo se identificó. Le dijo que era Mario Dolza y que quería tener una relación con ella. Que estaba dispuesta a ayudarla económicamente y pagarle las cuotas del auto que él sabía que había comprado. Mario ya estaba casado y esta mujer lo sabía, pero él le dijo que tenía un acuerdo con su esposa por el cual cada uno hacía lo que quería", recordó la periodista en relación al menor de los hijos de Dolza.
Precisamente Mario es uno de los blancos de la justicia cordobesa en la investigación por el secuestro de su padre. El muchacho, de 30 años y padre de dos hijos, no tiene una ocupación conocida y según varias referencias "tendría importantes deudas por juego que no podría levantar".
Afectada por la misma crisis económica que castiga a todo el país, y que se profundizó el año pasado cuando cerró la fábrica de tractores Zanello, dejando en la calle a los últimos 400 empleados que quedaban de un total de 1.500 que trabajaban a comienzos de los 90, Las Varillas no deja de ser noticia de vez en cuando. "En 1997 aparecieron todos los medios cuando don Dolza ganó el Quini 6 y fue tapa de diarios y noticia en todos los canales de televisión. El año pasado volvimos a ser nota cuando el pibe Marcos Castagno engañó hasta al mismo gobernador de la provincia y estuvo a punto de viajar a Japón diciendo que había inventado una cafetera que recibía ordenes de la voz humana. Y ahora este caso en el que está involucrada toda una familia", rememoró Adriana.
Pueblo chico, infierno grande
A las voces de Juárez, Rivero y el agenciero Martínez (ver aparte) se suma la de muchos vecinos que conocen, o al menos dicen conocer, algunas historias vinculadas al lado oscuro la familia Dolza. "Todos saben que don Angel siempre tuvo problemas con sus hijos, incluso antes de que ganara el Quini. El maneja la plata y decide que se hace. La vida de ellos no cambió mucho. Arreglaron sus casas, cambiaron los autos, hicieron un par de viajes y compraron el campo y la estación de servicios, pero no se nota derroche y siguen concurriendo a los mismos lugares y caminando por las mismas calles", contó un vecino de los Dolza que prefirió mantenerse en el anonimato.
Sobre la actual situación económica de la familia los testimonios son coincidentes. "Don Angel tiene mucha plata guardada y el futuro asegurado. Darío tiene la estación de servicios y aunque tenga deudas trabaja todo el día. Lo de Mario es más confuso. No trabaja, se gastó la parte que le dio el padre cuando ganó el Quini y tendría algunas deudas por el juego y la doble vida que algunos dicen que lleva" contó finalmente el conserje del hotel donde los periodistas de los medios nacionales arman su búnker.