Si la percepción del gobierno nacional y los industriales santafesinos es distinta respecto de los efectos de la devaluación brasileña, hay una posibilidad de consenso en torno de una medida factible de aplicar para proteger a los locales. Se trata de los establecer precios de referencia para las importaciones, cosa de penalizar o impedir el ingreso de productos que ingresen por debajo de ese valor. Un sistema parecido es que el utilizó Chile para frenar el ingreso de aceites argentinos. Otro es el que culminó con el acuerdo entre las empresas lácteas argentinas y los productores brasileñas para imponer un valor mínimo a la venta de leche argentina en el mercado vecino. La industria láctea es el caso testigo por excelencia. No se trata de un sector agobiado por la competencia brasileña sino de un complejo que incorporó a las exportaciones a ese país como un tercio de sus ventas totales. Del otro lado de la frontera, optaron por compensar la diferencia de competitividad con la presión política para encarecer el producto en sus góndolas. Así, denunciaron el ingreso de lácteos argentinos a precios de dumping y obligaron a las empresas a aceptar la venta por encima de un piso de precio. "En rigor no podemos pedir cupos porque los acuerdos del Mercosur no lo permiten pero sí se pueden implementar precios de referencia para el ingreso de productos desde Brasil, y ellos mismos dieron la pauta cuando obligaron a las usinas lácteas argentinas a vender por encima de un valor", señaló Paulón al término del encuentro que mantuvo con los representantes de Fisfe y la Asociación Empresaria de Rosario.
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