Con Cavallo nuevamente en el Palacio de Hacienda y estrenando un discurso heterodoxo en el manejo de la economía, los industriales santafesinos se adelantaron a presentarle al nuevo equipo económico un completo informe con diagnósticos y propuestas para sacar al sector de su larga crisis.
El secretario de Industria, Ricardo Fragueyro, fue el encargado esta semana de llevar adelante la gestión, que en pocas horas lo puso frente a su colega de la Nación, Carlos Sánchez, para delinear los ejes de una relación en materia de políticas activas que desde la conducción económica quiere desarrollar por dos caminos: los acuerdos sectoriales y el diálogo con las tres provincias más industrializadas del país, Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba.
La cerelidad con que se gestionó la entrevista no impidió al funcionario presentarle a Sánchez un dossier detallado sobre la emergencia que soportan una docena de sectores productivos de la provincia. Al fin y al cabo, en muchos casos se trata de complejos industriales que iniciaron su larga agonía durante la anterior gestión de Cavallo en el Ministerio de Economía. En otros, como el de los frigoríficos, sufren problemas tan urgentes que no necesitan de actualización.
Textiles, calzados, carroceros, maquinaria agrícola, autopartes, acoplados y bicicletas figuraron en la agenda junto a rubros que, si bien tienen otra posición competitiva de cara al mercado internacional, como es el caso de lácteos y aceiteros, no son pocos los problemas que atraviesan.
El canal de comunicación establecido con Sánchez conformó a los funcionarios de la provincia y, a juzgar por las declaraciones de sus representantes, también a los representantes de las entidades fabriles santafesinas que el jueves analizaron los resultados de la gestión durante un encuentro con el ministro de Producción, Miguel Paulón, en la sede rosarina del Magic.
"Hay una actitud positiva de parte de las nuevas autoridades económicas para resolver los problemas de competitividad de las empresas a través de acuerdos sectoriales y en relación con las provincias", relató Fragueyro, quien no obstante anotó una diferencia sustancial de diagnóstico: "Ellos hacen hincapié en la rebaja de impuestos y cargas laborales pero para la mayor parte de los industriales santafesinos el problema pasa por el proceso devaluatorio permanente que ejerce Brasil como política".
Brasil es el tema
No es que los productores santafesinos desestimen la reducción de la carga tributaria como herramienta de competitividad. Odian al impuesto a los intereses, a la renta presunta y a los tributos provinciales como sellos, como cualquier cristiano. Sin embargo, a esta altura tienen en claro que la historia de su crisis es la historia de la apertura del mercado interno a jugadores que los triplican en escala, que gozan de créditos subsidiados para atraer clientes, que no escatiman el dumping como arma de comercio exterior y que, cuando todo esto falla, tienen en mano de sus países la posibilidad de ajustar el tipo de cambio para ganar competitividad.
Este es el caso de las industrias que durante cincuenta años lideraron desde el sur de Santa Fe cada uno de sus rubros, como los carroceros, los fabricantes de acoplados, los bicicleteros o los productores de bienes de capital para el sector agropecuario y la industria de la alimentación, y que en una década fueron desplazados por empresas brasileñas o de otras latitudes.
De allí que el manojo de propuestas arrojado por Fragueyro en el escritorio de Sánchez esté poblado de medidas relacionadas con el comercio exterior: cupos y acuerdos de mercado, precios de referencia, nacionalización de las importaciones para impedir el financiamiento subsidiado del exterior, aumento y aceleración de los reintegros para exportaciones intra y extra Mercosur.
Hasta ahora, los anuncios del nuevo ministro de Economía en este terreno fueron esquivos, sobre todo en el caso de Brasil. El gobierno dispuso la suba de aranceles para los productos importados extra Mercosur y bajó las tasas para el ingreso de bienes de capital desde fuera del bloque.
Paralelamente, tranquilizó a su par del país vecino sobre la continuidad del libre comercio entre los socios sudamericanos y hasta dio marcha atrás con la reducción de aranceles a la importación de celulares y otros productos electrónicos, luego de un fuerte reclamo brasileño.
Cavallo mantiene por estas horas un juego de tensas relaciones con Brasil, país embarcado en una disputa con Estados Unidos por preservar para sí el mercado sudamericano. El ministro, cuya designación generó desconfianza del socio comercial, no se cansó de dar señales de consolidación del Mercosur. No sólo accedió a todos los reclamos que le formularon hasta ahora sino que se posicionó claramente en contra de la dolarización, un proyecto interpretado como una verdadera traición en Brasilia.
Hay analistas que ya hacen sus primeras interpretaciones del fenómeno. Estiman que el ciclo recesivo de la economía estadounidense y el impacto que podría tener en el sudeste asiático, con el riesgo de una nueva ola de devaluaciones en aquella región, torna al gigante sudamericano, que además exhibe un envidiable crecimiento económico, como el socio más amigable para la Argentina.
Es difícil de explicárselo a los carroceros malheridos por la competencia de Marcopolo o Busscar, o a los fabricantes de acoplados que el año pasado dieron una batalla contra Ramdom. "En la charla con Sánchez, el tema Brasil apareció claramente como una diferencia de diagnóstico -relató Fragueyro- ya que él está convencido de que los efectos de la devaluación del real se compensarán con el aumento de la inflación".
Desde el fin del plan de estabilidad en el país vecino, en enero del 99, esa previsión no se cumplió. Por el contrario, la moneda brasileña ha fluctuado más hacia la depreciación que hacia la apreciación, mientras que "el gobierno de ese país controla el aumento de los precios mediante la tasa de interés doméstica".
Esas diferencias de diagnóstico significan la vida o la muerte para los fabricantes de bienes de capital santafesinos que, si bien en estos años perdieron peso relativo en la facturación de la industria provincial, significan una importante fuente de mano de obra.
Los precios como filtro
Hay no obstante una posibilidad de consenso. La de establecer precios de referencia para las importaciones. Según trascendió en las últimas horas, la instrumentación de un listado de precios por debajo de los cuales las importaciones no pueden ingresar o tienen que pagar compensaciones, figura en los borradores de los nuevos anuncios que haría Cavallo en estos días.
El ministro, que simultáneamente está negociando con los banqueros y los organismos internacionales el financiamiento de las necesidades financieras que tiene que afrontar el Estado en el corto plazo, está urgido de anunciar medidas para la economía real, eje de su renovado discurso pero no tanto de sus primeros hechos concretos.
Esta inquietud comenzó a hacerse notar en los principales holdings industriales del país. Al toque de la reunión con Fragueyro, el secretario de Industria de la Nación recibió duros reclamos de la industria automotriz, mientras que desde la Unión Industrial Argentina recordaron que los anuncios efectuados hasta ahora (movimiento de aranceles extra Mercosur, bono fiscal para fabricantes de bienes transables y promesa de reducción de cargas patronales a cuenta gotas) son paliativos que ya se instrumentaron con relativo éxito en otras épocas.
En el paquete se viene, figurarán otras inciativas recicladas, como la factura conformada. Esta vez, con un sistema más parecido al brasileño y con mayor participación de los bancos para resucitarla de su actual estado vegetativo.
Encajes para la hinchada
Pero la mayor jugada para la hinchada es sin duda la rebaja de encajes bancarios, a través de la posibilidad de que las entidades financieras compensen la integración de efectivo con un bono del Estado. Cavallo quiere liberar así unos 2.000 millones de dólares al mercado para inducir a una rebaja de la tasa de interés.
"Pasó el momento en que había que cuidar la solidez del sistema financiero, el rol del Banco Central ahora tiene que ser expansivo y reactivador", disparó el ministro en plena pelea con el titular de la entidad monetaria, Pedro Pou.
La música que los productores de bienes quieren escuchar comenzó a sonar de boca del superministro, que la acompaña con sus continuas referencias "académicas" a la posibilidad de ampliar la base monetaria de la convertibilidad.