Carlos Walter Barbarich
Arribeños.- El titular de la agrupación ambientalista venadense Alas Verdes, Gustavo Bertrán, consideró como "una catástrofe con final afortunado" el derrame de ácido clorhídrico ocurrido el martes por la noche en esta localidad, que obligó a evacuar a toda la población. "Fue un efecto previsible de la vida moderna ya que es algo que hoy no se puede prevenir, pero sí tomar precauciones para tender a evitarlos", señaló el especialista,y agregó: "Habrá que pensar qué hacer si algo similar se complica en ciudades más grandes como Venado Tuerto o que están sobre una ruta, como Firmat".
Bertrán estuvo anteayer en Teodelina y Arribeños para analizar el incidente ecológico y recabar información sobre el grado de contaminación que pudiera haber generado el derrame del peligroso elemento. El dirigente se mostró sorprendido por el grado de movilización demostrado por las comunas implicadas en el incidente (Teodelina, Arribeños y General Arenales) ya que "actuaron muy rápidamente para la evacuación de personas".
Sin embargo, advirtió que "habría que analizar qué hubiese pasado si el incidente ecológico se extendía a otras localidades o si ocurría en una ciudad como Venado Tuerto, con casi 80 mil habitantes, o Firmat que está sobre la ruta 33".
"Esas dos localidades, como tantas otras, están expuestas a estos incidentes ya que por las rutas 8 y 33 es muy común observar el tránsito de camiones con estas sustancias tóxicas", señaló.
"Las tareas de evacuación -añadió- fueron excelentes pero lo cierto es que no se sabe qué hubiese pasado si los evacuados de Arribeños, en lugar de estar sólo una mañana en Teodelina y General Arenales, se tuvieran que haber quedado más de un día en otro lugar".
Para el ambientalista "el hecho se puede considerar como una catástrofe ambiental que fue totalmente controlada pero que en otros momentos podría tomar otros ribetes si no se toman medidas". En tal sentido un proyecto de resolución presentado en el Concejo venadense establece la prohibición de circular por ruta 8, en el tramo que divide la ciudad en dos, para los camiones que transporten sustancias tóxicas. Lo que se busca es prevenir un incidente como el de Arribeños, pero, por ser las rutas de jurisdicción nacional, no se puede prohibir la circulación de esos camiones.
| |