Año CXXXIV
 Nº 49.079
Rosario,
viernes  06 de
abril de 2001
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cartas
Recordando a mi hija Amarú

A 25 años del golpe militar y de tu asesinato, te rindo este homenaje para seguir siendo guardiana de tu memoria. Amarú, vos me hiciste mamá, con vos lo fui aprendiendo. Y lo aprendí desde que tuve la amenorrea tan deseada. Fue en Perú, la patria de Tupac Amarú. Sí, José Gabriel Condorcanqui y su mujer Manuela Bastides, lucharon a la par contra los opresores de entonces. A él lo descuartizaron, a ella le aplicaron el garrote vil. Los asesinaron en 1780. Fueron precursores de las luchas emancipadoras americanas. ¡Qué premonitorio fue llamarte Amarú! Vos también luchaste, junto a tantos jóvenes, contra la dictadura militar. Te encarcelaron con tu marido, Rodolfo Usinger. Para asesinarlos utilizaron un método diabólico: decían que los trasladaban, en el trayecto aplicaban la ley de fuga y los acribillaban por la espalda. Estos "trágicos traslados" son ejemplo del terrorismo de Estado: utilizar métodos aberrantes: secuestros, torturas, asesinatos, desaparición de personas, etcétera. Utilizaron los mismos métodos que decían combatir; eso se les cuestiona: no que lucharon, sino cómo lucharon. Recordemos que no sólo se ensañaron con los guerrilleros, sino también con los que escribían y hasta cantaban diferente. Las Fuerzas Armadas tienen derecho a pedir que se reivindiquen sus actos heroicos, pero no sus actos terroristas. Esta metodología formó parte del Plan Cóndor que, para combatir al comunismo, coordinó el terrorismo de Estado de varias dictaduras sudamericanas. Comenzó bien este tercer milenio: se está globalizando una justicia internacional y todo tirano que sale de su país, pierde su impunidad, salvo algunos vericuetos legales puede ser detenido y condenado. Amarú hoy cumplirías 51 años. No imagino cómo serías. Te recuerdo joven, llena de vida y simpática. En tu memoria y con tu ayuda lucho por un mundo mejor, hija mía.
Ana María Zeno


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