Después de más de cuatro horas y media de debate, los concejales aprobaron un proyecto que dispuso la suspensión de las habilitaciones por tres meses de nuevas disco, bares con espectáculos y salones de fiestas, entre otros. La disposición no servirá, de todos modos, para que en el corto plazo desaparezcan los inconvenientes habituales en Pichincha, Alberdi y el centro, áreas desde donde se escuchó el reclamo de vecinos linderos a boliches. Los ediles también aprobaron la creación de una comisión que apunta a investigar el accionar de la Dirección de Registración e Inspección, ámbito en el que se desempeñan los agentes que controlan las discotecas.
Luego de un tedioso y reiterativo debate que se prolongó durante 283 minutos y que hasta necesitó de un cuarto intermedio, los ediles aprobaron un decreto que encomienda al Ejecutivo municipal para que suspenda por 3 meses las habilitaciones de nuevos cabarets, wiskerías, confiterías bailables, discotecas, clubes nocturnos, peñas, cantinas, night clubs, salones de fiesta y agasajos, además de los locales con amenización musical sin pista de baile.
El decreto aprobado también insta a las autoridades municipales a disponer las medidas necesarias para realizar inspecciones en los locales con concurrencia masiva y que afectan a los vecinos de la zona.
Asimismo, propone que se intime a los propietarios de locales bailables para que garanticen una eficiente seguridad interna y externa y que adopten los recaudos necesarios para no afectar el descanso y la salud de los habitantes del sector.
"Por lo menos, no habrá nuevas"
"Fue una discusión interesante, aunque muy manida", dijo Miriam, una vecina de Rivadavia al 2400, quien consideró "positivo que los ediles reconocieran que la ordenanza que rige en materia de boliches no funciona". La mujer admitió que la norma aprobada ayer por el Palacio Vasallo "no solucionará los problemas que hay que soportar todos los fines de semana". No obstante, quiso ver el lado positivo de la cosa: "Corríamos el riesgo de que siguieran instalando más boliches en ese sector, y entonces sí que la vida sería absolutamente imposible", apuntó para luego agregar que "esta no es la solución, pero se evitan males mayores".
"La Municipalidad debe ser estricta y hacer cumplir las normas", reclamaron hasta el cansancio los concejales de la oposición cavallerista y usandizaguista. Pero no fueron los únicos. El radical Daniel Luna sostuvo que "la raíz del problema está en que las ordenanzas que se votan y no se cumplen", y agregó que "eso genera el desprestigio de la ley, de la legalidad y de los órganos legislativos".
El presidente del cuerpo, Pablo Cribioli, hizo un mea culpa en cuanto a la actual normativa vigente en materia de boliches. "Yo soy corresponsable absoluto de los errores que se cometieron cuando se aprobaron las modificaciones a la ordenanza", dijo el aliancista, quien luego subrayó: "Las confiterías que no estén en condiciones tienen que ser clausuradas inmediatamente".
El radical de convergencia Jorge Boasso disparó contra la directora de Registración e Inspección municipal. "Si Analía Antik fuera digna debería renunciar a su cargo, y si no, el intendente tendría que separarla del puesto porque ella es la responsable del caos en la noche rosarina".
Los concejales aprobaron también un proyecto impulsado por la peronista Gladys Comba, que impulsaba la creación de una comisión investigadora sobre lo actuado por la Dirección de Registración en materia de habilitaciones y clausuras de confiterías bailables. "Es necesario que se revea lo actuado en esa oficina", dijo la edila.