"La tarea del trabajador o la trabajadora judicial es en sí misma estresante, tanto por cuestiones particulares como generales. Desde la óptica particular, por el desasosiego que genera su impotencia para resolver los problemas que se le presentan a diario, ya que las decisiones dependen de otras personas; porque los tiempos de la Justicia no son iguales a los de las necesidades de los justiciables; porque el trato con sus pares o superiores no siempre implica una relación positiva; porque se encuentra sometido a una gran presión de los profesionales, litigantes, familiares de detenidos y público en general y por otras razones" (Textual de la Asociación Tribunales en la introducción de "La Salud y el trabajo de los judiciales").
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