"La preocupación por la protección de la salud del trabajador parece, por momentos, reservada exclusivamente a los sindicatos que agrupan a trabajadores industriales, de la construcción o aquellos donde el esfuerzo es predominantemente físico. Sin embargo, no puede desconocerse la grave incidencia que en la salud de los trabajadores poseen otros factores, como el estrés, en las tareas que hacen al desarrollo de la actividad judicial", dice el doctor Jorge Recalde en el prólogo del libro "La salud y el trabajo de los judiciales". Precisamente para romper con ese esquema, el texto de Jorge Kohen y Germán Canteros fija la mirada sobre esta problemática, a juicio de los autores "cada vez más frecuente" entre los trabajadores judiciales. El resultado del trabajo de Kohen-Canteros es un libro de 139 páginas, editado por Raymur, donde los autores trazan un diagnóstico sobre la salud de los empleados judiciales a partir de las condiciones en las que realizan su trabajo y el medio ambiente donde se desempeñan. Kohen es médico, docente e investigador de la Universidad Nacional de Rosario, y se ocupó de los judiciales a partir de una iniciativa de la Asociación Tribunales de Empleados del Poder Judicial de la provincia, el gremio que los agrupa. El trabajo parte de la siguiente premisa: el trabajador judicial es un trabajador del conflicto. A partir de esta idea, los autores estudian a fondo la problemática de los empleados de tribunales y se proponen el siguiente objetivo: desarrollar técnicas que le permitan a los trabajadores resolver los grandes trastornos causados por sus tareas cotidianas. Así, a lo largo de nueve capítulos, describen cuáles son los instrumentos teóricos para el estudio de la salud de los trabajadores, y sitúan al individuo como sujeto activo de un proceso -el trabajo judicial- en el que su salud necesariamente se ve afectada. Luego se internan, mucho más específicamente, en los factores que alteran la salud de los trabajadores: el ruido, los contaminantes biológicos, la carga y el ritmo laboral, la conflictividad, el estrés y tantos otros. Pero no lo hacen desde un punto de vista teórico sino desde las respuestas que otorgan los mismos trabajadores. Así, el diagnóstico se apoya en estadísticas y va delineando un perfil del trabajador judicial y un cuadro de los padecimientos más comunes que pueden atribuirse a sus tareas diarias. Hay un capítulo aparte para el trabajo de la mujer judicial, y otro en el que se analiza el impacto familiar de la labor diaria. El resultado es un diagnóstico certero, y posiblemente también polémico, sobre las condiciones en las que los judiciales realizan su trabajo y los efectos que esa tarea produce sobre su salud física y psíquica. Y un instrumento empleado por la Asociación Tribunales para exigirle a su patronal, es decir la Corte Suprema de Justicia de la provincia, medidas que tiendan al mejoramiento de las condiciones de trabajo, tanto en lo atinente a las condiciones ambientales como en las referidas a la salud de los trabajadores judiciales. "Entendemos que las medidas de protección frente a los riesgos físicos y contaminantes son relativamente sencillas y de bajo costo", dice la dirigente gremial Susana Perkins. Habrá que ver si el aporte realizado por esta investigación logra traducirse en medidas concretas a favor de los trabajadores, que indirectamente se convertirían en un beneficio para el servicio de Justicia y esencialmente para los justiciables.
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