Los límites entre la realización y la crítica cinematográfica pueden ser, a veces, bastante delgados y quebradizos, como lo demuestra la existencia de algunos críticos que filman sus propias películas como Sergio Wolf, Santiago García y Juan Villegas, tres periodistas que tienen listas o están a punto de terminar sus óperas primas.
Se trata en realidad de una vieja pulsión que acompaña -y muchas veces enriquece- al séptimo arte, ya que mucho antes que ellos hubo otros críticos, periodistas, escritores y pensadores, tanto en Argentina como en otras partes del mundo, que decidieron cruzar esa delgada frontera y probar suerte o demostrar talento en el ámbito de la dirección.
Habrá que esperar a ver sus filmes para imaginar su futuro, pero lo cierto es que Wolf, García y Villegas empezaron a andar por ese camino: el primero está a punto de terminar un documental sobre la cantante de tangos Ada Falcón, el segundo otro sobre lesbianas de Buenos Aires, y el tercero tiene lista una comedia amarga sobre jóvenes porteños.
"Yo no sé que me han hecho tus ojos" es el nombre elegido por Wolf, que ejerce la crítica en Radio del Plata e integra la filial local de la Federación de la Prensa Cinematográfica Internacional (Fipresci), para titular su primer filme, un documental sobre la misteriosa decisión tomada por Ada Falcón, que se retiró en el cenit de su carrera.
"La crítica bien entendida debería ser un paso hacia la realización. Creo en esa frase de Godard que decía: «Yo empecé a hacer cine cuando empecé a hacer crítica de cine»", afirmó Wolf, quien también trabajó como asistente de Rafael Filipelli, escribió guiones para Raúl Perrone y ahora coescribe otro para presentar en un concurso de Patagonik.
Wolf explicó: "Si uno se dedica a hacer crítica sólo para hacer juicio de valor, estará muy lejos de la realización. Pero si la crítica es pensar la película, modificar, corregir, cambiar y sugerir, entonces está diciendo cuál hubiera sido el film que uno hubiera querido dirigir".
Los casos de García y Villegas son diferentes al de Wolf, porque mientras éste se inició como crítico y escribió libros, cofundó la revista Film y colaboró en medios como Página/12, La Nación, El Porteño y El Cronista, ambos jóvenes estudiaron cine y realizaron varios cortometrajes antes de ingresar a la redacción de El Amante, la revista que dirige el pope en estos días de la actividad crítica, Eduardo Antín, más conocido por su firma de Quintín.
Adiós a la frustración
Aunque sería difícil medir su destreza como escritores o como realizadores, estos y otros ejemplos desmienten aquella vieja y errada creencia que pinta a los críticos como artistas frustrados, ya que no hay nada -salvo su voluntad- que les impida crear, como tampoco hay nada -más allá de su probidad- que les prohíba a los artistas ejercer la crítica.
En ese sentido, Wolf dijo que "no hay una incompatibilidad entre criticar y filmar. Incluso mucha gente siguió escribiendo mientras rodaba, como Fernando Trueba, Godard y Rivette", algo en lo que Villegas coincidió: "No sólo no hay impedimentos sino que una cosa se suma y enriquece a la otra. Se produce como una retroalimentación".
Autor de los cortos "Rutas y veredas" y "Dos en un auto", entre otros, Villegas acaba de terminar "Sábado", su primer largometraje, que será exhibido este mes en el III Buenos Aires Festival de Cine Independiente y en el que registra en tono de comedia las alegrías y las angustias de un grupo de jóvenes que se encuentran y desencuentran durante un día.
"En un sentido tomo a la crítica como una parte de mi formación cinematográfica. Cuando escribo sobre una película siempre lo hago pensando en cómo aprender de ella algo para mi propia formación como director", afirmó Villegas, quien se formó en la Universidad del Cine.
García, su compañero de revista, videoclubista y cinéfilo antes que estudiante, crítico y docente cinematográfico, está terminando la posproducción de "Lesbianas de Buenos Aires", el primer documental argentino que se atreve a explorar las vivencias y las luchas cotidianas de mujeres que aman a otras mujeres.
"La crítica fue una vocación muy temprana, pero a los 15 años redescubrí el cine y surgió en mí el interés por hacer películas", admitió García -director de los cortos "6-0, 6-1" y "Cuatro brazos, cuatro piernas"-, y añadió: "Son dos vocaciones que se mantienen paralelas pero igualmente vigentes".
"Llegar a la dirección a través de la crítica no me parece un trayecto raro, porque cuando filma el director tiene que plantearse todo de manera crítica; y quién mejor para hacerlo que una persona que se dedica a ver el cine de esa forma", opinó García.