Año 49.074
 Nº CXXXIV
Rosario,
domingo  01 de
abril de 2001
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Cómo funcionan las "cajas policiales"

Jorge Salum

No sólo los inspectores municipales están sospechados de cobrar coimas a bares y discotecas para que sigan funcionando. La mayoría de los empresarios de la noche aseguran que también tienen que sobornar regularmente a la policía. Así, a precios que varían entre los 50 y los 200 pesos semanales, dicen que deben comprar protección para sus locales y garantizan la continuidad del negocio. Según una fuente policial que aceptó hablar con La Capital, nueve de cada diez propietarios pagan regularmente a distintos sectores de la policía. Quien suministró el dato no puede develar su nombre porque sabe que no podría seguir ni un segundo en la fuerza. Aunque tienen miedo de hablar, varios dueños de pubs admitieron ante este diario, con la condición de que no se diera ninguna pista que los identificara, que los pagos existen. "Si no lo hiciéramos, no podríamos seguir trabajando", dijeron.
"En los boliches cobran todos: inspectores municipales, seccional con jurisdicción en la zona, Moralidad Pública, todos", dijo la fuente policial que afirma llevar años viendo cómo funcionan estas cajas negras, cuyos banqueros, asegura, hay que ubicar en la línea de los comisarios para arriba.
Pero no todos los bolicheros meten la mano en sus bolsillos por la misma razón. "Algunos lo hacen para poder funcionar, porque si no sobornaran no podrían hacerlo. Otros, que están en regla y no tendrían motivos para pagar coimas, lo hacen para que no los jodan con inspecciones molestas".
Entre los primeros están los bares más chicos, que funcionan después del tope horario fijado por la normativa. Su clientela está conformada básicamente por menores que amanecen tomando cerveza, algo prohibido por ordenanza. "Estos pagan 50 ó 60 pesos por semana y sólo así siguen funcionando", contó la fuente. Aunque son los que menos desembolsan, constituyen la columna vertebral del sistema recaudatorio, porque son los que más proliferan.
También están los boliches y bares en regla, algunos de mucho prestigio entre la clientela nocturna, que también están obligados a depositar regularmente su cuota para trabajar tranquilos. "Hay sitios, algunas discotecas, por ejemplo, donde jamás se ve a un policía. Es que una inspección en medio de la madrugada, con toda la gente molesta por la interrupción, causaría estragos en la caja del boliche. Para estos casos, pagar es evitar este trance y garantizar una noche tranquila para los clientes y la continuidad del éxito del boliche", dijo el garganta profunda de la policía. Algunos de estos clientes, "los más grandes", llegan a desembolsar hasta 300 pesos semanales.
¿Cómo se distribuye el dinero? El grueso iría a parar a la jefatura de una sección -la que controla la noche- que estaría recaudando entre 15 y 20 mil pesos por mes. Pero a esa cifra no se llega sólo con la caja de boliches y bares, ya que ahí tributan las cajas de prostíbulos, el juego clandestino, las prostitutas y travestis, los burdeles y hasta algunos hoteles, que bajo esa apariencia en realidad funcionan como hoteles alojamiento. Una cifra fija -¿17.000?- sube a un sector que agrupa a varias unidades policiales, y el resto se reparte entre los encargados de levantar la recaudación, según confió el informante. En este esquema hay ganadores y perdedores, gerentes que cobran y reparten comisiones y luego giran la recaudación a banqueros de barrio, de la ciudad y aún de más allá de sus fronteras.
"En la policía nadie puede decir que desconozca esto, y las autoridades políticas del área tampoco lo ignoran", dijo el oficial que habló con la seguridad que confiere el anonimato, dando nombres y apellidos de los supuestos recaudadores. Los pagadores de coimas con los que se contactó La Capital ratificaron que el policía no está mintiendo.


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