Como uno más entre sus compañeros, Diego Quintana tuvo una noche cargada de imprecisiones y se perdió en la confusión generalizada, que dominó la escena en el partido del viernes en el estadio de Racing. "Fue un partido muy duro, hicimos todo lo posible pero no pudimos ganar", le confesó el pequeño delantero leproso a Ovacion en su rápida retirada, ya caminando sobre el pasaje Corbata, acompañado por su padre.
"Habíamos alcanzado una madurez pero en esta ocasión volvimos a trastabillar", continuó diciendo Quintana, para luego rescatar que la actitud del equipo rojinegro fue buena, "sólo que esto no se vio reflejado en el marcador".
Por lo demás, y para dejar en claro que el fútbol es una rueda que gira y gira sin parar, el delantero asumió rápidamente la derrota ante Racing, "debimos empatar en el momento oportuno", y empezó a pensar en el próximo partido ante Belgrano, al que le otorga una especial importancia: "Es un partido muy decisivo que debemos ganar para aspirar a algo", afirmó.
Y así el delantero se perdió entre las sombras de un estadio ya vacío, custodiado de cerca por sus familiares que habían venido por él.
El futuro
El delantero intuye que está viviendo sus últimos meses en la institución del Parque. Su intención es emigrar, y si es posible al exterior, claro que a mediados de año, cuando posiblemente quede libre de situación contractual con Newell's. Con luces y también con sombras el ciclo del jugador con la camiseta rojinegra está próximo a cumplirse, y ahora se trata de barajar y dar de nuevo.