San José de la Esquina.- El empresario rural de la localidad cordobesa de Las Varillas secuestrado el jueves en inmediaciones de La Playosa fue liberado la mañana de ayer, sano y salvo, en la zona rural de la ciudad santafesina de San José de la Esquina. Nervioso, aunque sin signos de maltrato, el hombre que había ganado más de 6 millones de pesos en el Quini 6 a fines de 1997, se reencontró con sus familiares pocas horas después. Según trascendió de fuentes de la investigación y un propio hijo de la víctima lo reconoció, nadie pagó rescate para que fuera liberado.
Angel José Dolza, de 65 años, fue rescatado a las 10.30 por la policía tras ser alertada por medio de un llamado telefónico. El hombre había sido abandonado por sus captores a unos cinco kilómetros de una estación YPF ubicada sobre la ruta 92, en las afueras de San José de la Esquina, hasta donde llegó a bordo de un camión cuyo conductor luego siguió viaje.
Según los investigadores, Dolza habría sido liberado cuando los delincuentes desistieron de su plan de pedir un rescate al verse acorralados por la policía que los buscaba hacía más de 24 horas.
Al respecto, el fiscal que investiga el secuestro de Dolza, Francisco Márquez, aseguró ayer que por la liberación del empresario "no se pagó rescate", algo que después ratificó un hijo de la víctima, Mario Dolza, en diálogo con una radio cordobesa: "Estuvimos toda la noche al lado del teléfono pero nadie nos llamó para pedir recate", dijo el hombre.
De acuerdo a la revisión médica a la que fue sometido, el empresario no presentaba heridas ni signos de violencia en su cuerpo. Solamente se dejaba traslucir en su rostro nerviosismo y agotamiento como consecuencia del difícil momento que le tocó vivir. Luego de ser examinado por el forense y cumplimentarse las actuaciones sumariales en San José de la Esquina, Dolza fue trasladado hacia la ciudad cordobesa de Las Varillas a bordo de un helicóptero en el que habían arribado al lugar el propio Márquez y el subjefe la policía de esa provincia, Elio Dante Gómez.
"Está a salvo y bien de salud", fue lo que dijo el comisario de San José de la Esquina, Sergio Ciarpella, apenas confirmada la aparición de Dolza, quien al ganar más de 6 millones de pesos en el Quini Seis abandonó para siempre su antigua profesión de panadero para comprar una estancia y una estación de servicios.
En una casa
Asimismo, trascendió que el empresario había asegurado en sede policial que no fue maltratado por sus secuestradores y que al ser abandonaron lo tiraron al piso y le sugirieron que cuente hasta mil antes de levantarse para poder escapar del lugar sin problemas.
Según lo relatado por el hijo de Dolza, poco después de secuestrado el empresario fue encerrado en la habitación de una casa, aunque desconoce en que sitió se ubica la vivienda. "No lo maltrataron, lo dejaron encerrado en una pieza porque mi padre prometió que no se iba a mover, que no iba a hacer nada, y en ningún momento se pidió un rescate", aclaró el hijo de Dolza.
"A las cinco de la mañana le dijeron algo así como «te vamos a llevar» pero demoraron unas tres horas más en retirarlo de la casa con los ojos tapados y escondido en el baúl de un auto porque veían mucho despliegue policial" contó el muchacho.
Alrededor de las ocho, según el relato de Dolza, lo subieron al baúl de un coche y a las 10 lo dejaron en "una cuneta muy profunda" de un camino de tierra que une el pueblo de Villa Eloísa con la localidad de San José de Esquina. Allí esperó a que el vehículo de sus captores se alejara, tal como le habían ordenado. Tenía sólo un peso en el bolsillo "que le habían dado los secuestradores", según declaró su hijo Mario a la prensa.
Cuando se levantó caminó unos minutos y encontró un camionero que recolectaba leche en los tambos de la zona y le pidió que lo llevara hasta una estación de servicio. Así llegó a una YPF, sobre la ruta 92, donde contó quién era a los empleados y llamaron a la policía, detalló anoche Dolza hijo.
Dolza había sido secuestrado el miércoles pasado a unos ocho kilómetros de la localidad de La Playosa, donde posee una estancia, cuando detuvo su vehículo para ayudar a cuatro hombres que estaban parados en la banquina con una camioneta Volkswagen Saveiro color blanca aparentemente descompuesta. Junto a Dolza viajaban su esposa y un empleado, Germán Nani.
Sin pistas de los captores
Los secuestradores tomaron por la fuerza a Dolza y a Nani y los introdujeron en la Saveiro para huir del lugar dejando abandonada a la esposa del empresario. A unos 15 kilómetros del sitio donde ocurrió el secuestro, los delincuentes liberaron al empleado y este avisó a un hijo de la víctima para que radique la denuncia. Enseguida se monto un operativo cerrojo en las rutas cordobesas y se pidió colaboración a las policías de las provincias vecinas para dar con los captores.
Sin embargo, hasta anoche los secuestradores seguían prófugos mientras la policía maneja una serie de datos y elementos que le podrían facilitar la captura. Entre esos datos se cuenta con dos identikits que los investigadores confeccionaron a partir de los datos brindados por Nani ya que los captores actuaron a cara descubierta casi todo el tiempo y eso llevó a los pesquisas a pensar que no se trata de una banda de profesionales.
La Ciudad
