Año 49.072
 Nº CXXXIV
Rosario,
viernes  30 de
marzo de 2001
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Insultos y gritos en la sesión de ayer en el Concejo
Una comisión especial investigará irregularidades en Planeamiento
La aprobación del proyecto se produjo luego de que el oficialismo decidiera abandonar el recinto

Pablo Procopio

"No sé si decir, roza la corrupción o hay corrupción o son corruptos". La frase de la discordia. El edil justicialista Rubén Bermúdez la pronunció apenas había comenzado la sesión de ayer en el Concejo. El presidente del bloque del Frepaso, Sergio Liberati, se sintió tocado y decidió abandonar el recinto. Pero no se fue solo, sino con todo su bloque. Esa decisión dejó el camino libre para que se aprobara un proyecto de Bermúdez que consiste en crear una comisión investigadora de la Secretaría de Planeamiento que el intendente Hermes Binner ni siquiera podrá vetar. La iniciativa tampoco requiere la promulgación del Ejecutivo.
La salida intempestiva del bloque oficialista sirvió para que se diera curso favorable a la conformación de una la comisión investigadora. La demolición de una centenaria propiedad ubicada en Córdoba al 1600 que contaba con la protección del Programa Municipal de Preservación Arquitectónica, informe publicado por La Capital, disparó la propuesta.
El proyecto no estaba incluido en el temario del día, sin embargo fue sacado de la galera en plena sesión por el propio Bermúdez. Es que el edil justicialista comenzó a hablar del tema cuando el presidente del cuerpo, Pablo Cribioli, le concedió la palabra a pesar de que no era el momento de exponer sobre propuestas que no estaban ya fijadas. Fue en ese momento cuando Bermúdez habló de "corrupción" y Liberati supuso que se refirió a los ediles que integran la comisión de Labor Parlamentaria, responsables de que el proyecto no tuviera el aval suficiente para ser tratado sobre tablas en la sesión. El líder binnerista le gritó "impostor" a Bermúdez, quien le respondió con otro dardo: "Concejal de cuarta". A partir de allí, el oficialista se retiró con sus compañeros de bancada.
Esto se convirtió en una oportunidad única para buscar la aprobación del proyecto al lograr los dos tercios de los votos necesarios.
El enojo del oficialismo allanó el camino a Bermúdez. Un error perfecto. Se había dado curso a una iniciativa a través de recurso poco frecuente.
Tras un extenso cuarto intermedio pedido por Cribioli para que regresaran los ausentes, se trató de zanjar la pelea. Liberati retiró su insulto hacia Bermúdez pero destacó que seguía creyendo que es un "impostor". Luego, siguió la sesión.



Tras los insultos, el Concejo quedó casi vacío.
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