U. G. Mauro
Si un cantante comercial y famoso anuncia que va presentar un disco, es lógico esperar que haga exactamente eso, pero nadie en su sano juicio, en esta señora Argentina (viuda) de Mercado Discográfico, tiene ganas ni condiciones para arriesgar y lo nuevo se presenta dosificado, tomando la precaución de agregar y recordar lo bueno o exitoso del pasado, por si a la gente se le da por el repudio, la hostilidad manifiesta o, lo que es peor, la indiferencia. Aunque el material de su nuevo disco no pasó inadvertido para sus fans, Ricardo Arjona no se arriesgó y de "Galería Caribe" sólo mostró el miércoles en Rosario Central una parte del mismo. Era previsible que nada demasiado novedoso podía suceder, que se iban a escuchar básicamente éxitos, y así fue. En el planteo general del espectáculo, no hubo una oferta novedosa salvo la ocasión de escuchar en vivo algunas canciones nuevas en las que no faltó el toque salsero, con bella morocha bailando incluida. Aunque justo es decir que algunas variantes hubo. La primera y más importante, la protagonizó un público que, en primer término, varió sustancialmente en su promedio de su edad -no es arriesgado decir que descendió en por lo menos 10 años-, y que aumento notablemente en su composición masculina. La absoluta mayoría de adolescentes marca que el artista radicado en México ya no convoca con la magnitud de otras épocas a esas mujeres a las que les dedicó su más recordado éxito, "Señora de las cuatro décadas". Aproximadamente 8.000 personas asistieron anoche al estadio centralista, ubicándose en las populares y plateas que dan la espalda al río Paraná así como en los codos de la tribuna que da sobre avenida Génova, mientras otra buena cantidad ocupó el césped frente al escenario. "Jesús verbo, no sustantivo", cantada en portugués y en una versión tipo "Usa for Africa" por varios intérpretes brasileños, ofició de cortina hasta que se levantó el telón. Al igual que en actuaciones como las cumplidas por ejemplo en el Club Provincial, Arjona apeló a una escenografía heterogénea que ofrecía, al mismo tiempo, el living con sofá y velador para canciones intimistas, la barra y los ventiladores de techo de un bar iluminado tipo pub y decorado con discutible elegancia, una "entrada" al café "Caribe", escaleras a la nada, columnas "griegas", dos pantallas de video destinada al "¿vieron cuánta tecnología que traje" y obviamente los instrumentos. Ricardo Arjona ingresó al escenario como si viniera de la calle, dejó un bolso en algún lado y en medio de las ovaciones abrió el show con "Si yo fuera". A Arjona no le gusta meterse en problemas; cuando canta lleva su voz aguardentosa hasta este lado del límite. Los tonos altos y los agudos son un terreno impenetrable para él, que sólo juega confiado cuando aplica la evidente potencia de su voz y un par de recursos más que no por repetidos dejan de serle útiles, como ciertos requiebros de galán de telenovela y otras manifestaciones histriónicas muy del gusto de sus seguidoras. Producido con profesionalidad, el show de Arjona contó con una buena técnica de luces aunque el sonido de los instrumentos por momentos se superpuso al cantante. En este aspecto, corresponde señalar que los nueve sesionistas dirigidos por excelente pianista Víctor Padrón apoyaron correctamente la labor del cantante que interpretó casi una veintena de canciones. No obstante la ya extensa trayectoria de este cantante, con seis exitosos discos, su producción sigue resultando cuanto menos curiosa en su forma y contenido. El miércoles Arjona, aunque vino a presentar su disco "Galería Caribe", en realidad recorrió prácticamente toda su discografía y siempre que se lo escucha queda esa sensación de que la música es un elemento que rodea a las letras sin adentrarse en ellas, compuestas sobre versos libres donde la rima casi ni aparece y con una temática que desconcierta al ir de construcciones francamente cursis y pobladas de lugares comunes hasta temas que parecen de protesta pasando por mixturas de lo romántico con lo social en base a metáforas sin vuelo poético pero hasta divertidas. "Taxi", "Amor de televisión", "Sin daños a terceros", "Si el norte fuera el sur", "Jesús verbo, no sustantivo", "Don David", "Soledad", "Tu reputación", "Señora de las cuatro décadas" fueron los temas más reconocidos de Arjona intercalados entre un par de canciones de "Galería Caribe" y canciones menores de otras placas, culminando el concierto con la potente "Mujeres" que generó un módico y femenino pogo entre los espectadores ubicados en el césped. Hablando de saltos, tras la interpretación de "Taxi", a "Recetas" -junto con "Un Caribe en Nueva York", "Lo poco que queda de ti", "Te enamoraste de ti" y "Cuando", temas del nuevo disco-, quedaron en el camino cuatro canciones que dejaron más tiempo para que el artista desarrollara sus juegos escénicos prologando y explicando en exceso algunas de su obras y también dando tiempo al lucimiento solista de los músicos en un show que en algunos tramos estuvo al borde la monotonía.
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