El subgerente de una sucursal del Banco Bisel, acusado de estafa en perjuicio de una mujer de 89 años, fue indagado ayer por el juez de instrucción Adolfo Prunotto Laborde y tras finalizar ese trámite retornó a su lugar de detención en la comisaría 5ª hasta que el magistrado defina su situación procesal. En tanto, la víctima del fraude le contó a La Capital como el hombre al que conoce desde chico y a quien quería "como si fuese un hijo" la fue engañando para quedarse con unos 10 mil pesos que había cobrado en 1999 y algunas joyas que le dio en custodia.
El hombre detenido e investigado por la maniobra es Juan José Ottado, de 59 años, responsable de la subgerencia del banco Bisel de Santa Fe al 1200. Su víctima, Elvira Primicia, quien a los 89 años está postrada en una cama de su casa porque no puede caminar.
La tarde de ayer, Elvira contó como se fueron desarrollando los hechos hasta que, impulsada "por los vecinos", denunció a la persona en la que más había confiado en los últimos dos años, cuando quedó sola tras la muerte en poco tiempo de su esposo y sus dos hijos.
"Creo que fue a principios de 1999 cuando yo cobré unos 10 mil pesos de esos que pagó el Gobierno a los jubilados", recordó Elvira. "Entonces fui al banco y me atendió Juancito -como todavía lo llama-. Me trató muy bien, me dijo que me conocía, que era vecino mío, que era el hijo de Emilia, a quien yo conocía desde muchísimo tiempo atrás y con quien eramos muy amigas", contó la mujer.
En aquella entrevista, y a partir de la relación descubierta, Ottado le ofreció a Elvira hacerse cargo de los trámites bancarios para facilitarle sus constantes traslados al centro desde su casa de Rueda al 1600. "Me dijo que el iba a depositar el dinero en una cuenta, que me iba a traer mensualmente los intereses y además que se iba a encargar de cobrarme la pensión" relató Elvira. "Me hizo firmar unos papeles y yo, confiando ciegamente en él, dejé todo en sus manos". Entre esos papeles la mujer habría designado al hombre como su apoderado permitiéndo que saque una tarjeta magnética para operar la cuenta corriente de Elvira.
"Una bendición de Dios"
Los primeros meses Ottado fue a la casa de la mujer puntualmente para llevarle el dinero de la pensión y los intereses de su depósito, se quedaba con ella a charlar, y hasta un par de veces la sacaron a pasear junto a su esposa. Así fue profundizandose una relación amistosa. "Imagínese que yo había perdido a mi esposo y a mis dos hijos. Para mí fue como una bendición de Dios que me mandó a Juancito para ayudarme cuando me había quedado sola", agregó Elvira con un dejo de ingenuidad aunque con mucha lucidez.\Pero con el paso del tiempo, Ottado empezó a darle excusas a la mujer para explicarle que su capital cada vez era menor. "Primero me dijo que por problemas en el banco me habían sacado unos 2 mil pesos, después que de los 10 mil pesos sólo me quedaban unos 5 mil y así me quedé sin nada. Juancito dejó de venir y yo empecé a preocuparme".\Ante ello, Elvira mandó a buscar a Ottado un par de veces a través de vecinos comunes ya que el funcionario bancario vive en la esquina de su casa. "La última vez que vino, hace unos meses, me dijo que no me quedaba nada de plata. Me quise morir porque yo nunca había tocado un peso, confié todo en él" recordó Elvira.\Elvira, cansada de sufrir y aconsejada por sus vecinos leales, denunció a Ottado en la comisaría 5ª. El hombre fue detenido el jueves y ayer a la mañana indagado en los Tribunales. "No quiero armar con esto un problema mayor, vaya a saber si por esto Juancito pierde su trabajo", dijo ayer Elvira sin conocer la actual situación legal del hombre en el que ella confió su dinero.