México. - El subcomandante Marcos, acompañado por los otros 23 líderes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), hablará hoy en el Congreso mexicano, donde expondrá su posición favorable sobre la ley de derechos y cultura indígena, elaborada en 1996 por la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa). Se tratará de una jornada sin dudas histórica para México, y que ha debido superar la oposición de los legisladores del oficialismo. Desarmados, con los rostros cubiertos con pasamontañas y sin renunciar públicamente a la declaración de guerra que lanzaron tras levantarse en armas, en enero de 1994, los zapatistas se convertirán en la primera guerrilla moderna que ocupa la tribuna de un Parlamento. Sólo la firme voluntad del presidente Vicente Fox logró que la comitiva del EZLN no se volviera a Chiapas sin hablar ante el Congreso. También resultó clave como la revisión de su negativa inicial de los legisladores del PRI y el neto apoyo de los del PRD.
La norma legislativa, cuya aprobación exige el zapatismo como una de las tres condiciones para reanudar la mesa de paz con el gobierno de Vicente Fox, recoge los principales postulados de los Acuerdos de San Andrés de Larraínzar firmados entre el EZLN y el gobierno de Ernesto Zedillo en 1996, luego desechados por la administración central y recogidos por la legislativa Cocopa.
La presencia de los zapatistas en el Congreso no estuvo exenta de tensiones y cuenta con el explícito rechazo de los senadores del Partido de Acción Nacional (PAN) que lidera Fox, quienes anunciaron que no participarán de la reunión legislativa.
Fueron los miembros del Partido Revolucionario Democrático (PRD) de Cauhtemoc Cárdenas y del Partido Revolucionario Institucional (PRI) quienes revieron su postura de que los zapatistas sólo fueran recibidos por una comisión legislativa y permitieron que pudieran hablar en el pleno parlamentario, como lo exigió Marcos y lo solicitó Fox.
La alocución del zapatismo en el Congreso constituye un triunfo político de Marcos, que encabezó una marcha que partió de Chiapas el pasado 25 de febrero y después de recorrer más de 3.000 kilómetros llegó al Distrito Federal el pasado 11 de marzo, donde protagonizó una histórica manifestación en la plaza del Zócalo, que reunió a unos 200.000 mexicanos.
De cualquier modo, la cerrada oposición del PAN no termina de despejar el camino legislativo para la aprobación de la norma, que por tratarse de una reforma constitucional requiere los dos tercios de las Cámaras legislativas.
Los 206 diputados y 45 senadores del Partido Autonomista Nacional son claves para obtener la mayoría necesaria que requiere la aprobación de la norma. En todo caso, el propio Vicente Fox será quien deberá disciplinar a los legisladores de su propio partido, que se oponen a una de las mayores aspiraciones del presidente, anunciada en su discurso de asunción, el 1 de diciembre del 2000, luego de 71 años de ejercicio ininterrumpido del poder por el PRI.
Los temas de mayor controversia que enfrentará la discusión de la ley sobre derechos indígenas son los relativos a la autonomía y territorialidad de los pueblos indígenas, un punto en el que coexisten distintas apreciaciones entre los legisladores.
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La Ciudad
