"No es delgado quien quiere sino quien puede", dicen los especialistas al sugerir que la obesidad no es una cuestión de glotonería incontrolada, sino que existen causas biológicas, poco entendidas aún, que explican las diferencias entre delgados y obesos. Al parecer, una de estas diferencias estaría en la respuesta del cuerpo a los hidratos de carbono (azúcares) inmediatamente después de comer, según un estudio publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition.
"Este trabajo sugiere que los obesos podrían formar más grasas a partir de los hidratos de carbono que las personas delgadas, explica la médica nutricionista Claudia Filozof, profesora titular de la carrera de especialista en nutrición de la Universidad Barceló, en Buenos Aires, y miembro de la Sociedad de Obesidad de Estados Unidos.
Entre grasas y azúcares
A la hora de designar un culpable por los kilos de más, el protagonismo de los carbohidratos y de las grasas fue variando con los años. "Hace más de diez años los "cucos" eran los carbohidratos porque se creía que su exceso se convertía, mediante un complejo proceso metabólico, en grasas. Sin embargo esto no se pudo demostrar y las grasas pasaron a ser las "malas" que se almacenan y causan el exceso de peso. La doctora Filozof considera que el nuevo estudio da una nueva "vuelta de tuerca" a esta cuestión.
Mientras entre los delgados sólo una mínima proporción de carbohidratos puede servir para la fabricación de grasas, entre los obesos las cifras se incrementan debido a que la regulación metabólica de los lípidos estaría alterada.
Esta fue una de las conclusiones a la que llegaron los investigadores españoles de la Universidad de Navarra, en Pamplona, que estudiaron los cambios metabólicos y la fabricación de grasas que ocurren en personas delgadas y obesas al ingerir una dieta rica en carbohidratos y baja en grasas, después de 18 horas de ayuno.
"En personas con predisposición genética y/o neuroendócrina a la obesidad, el exceso de hidratos de carbono reduce la necesidad de utilizar las grasas como fuentes de energía y puede llevar a un balance positivo en el contenido de grasas con el tiempo", explica el profesor Alfredo Martínez, catedrático de Nutrición de la Universidad de Navarra, en España, y uno de los autores del trabajo. Es decir que, según el investigador, los obesos no sólo "queman" menos grasas sino que además tienen mayor fabricación de grasa en el hígado -a diferencia de los delgados- en el período inmediatamente posterior a la ingesta.
Variables metabólicas
Esta respuesta inmediata a los carbohidratos en los obesos se suma a otras variables metabólicas y hormonales que predicen el aumento de peso. Entre ellas, el menor gasto metabólico en reposo, la reducida oxidación de grasas y la resistencia a la leptina, una hormona involucrada en el mecanismo de regulación del hambre, de la saciedad y del balance energético.
Además, en ellos es superior la resistencia a la insulina, proceso por el que esta hormona que regula los niveles de azúcar en sangre corre el riesgo de dispararse. "Esto indicaría que los obesos son diferentes a los delgados en su balance metabólico, no sólo en su estado de preobesidad, sino también cuando el exceso de peso es marcado", destaca Filozof.
Aunque estos nuevos resultados indicarían que la forma de procesar los carbohidratos inmediatamente después de comer tendría un efecto en el peso corporal, los especialistas son cautos a la hora de sacar conclusiones para la población en general, ya que el estudio incluyó una dieta poco frecuente en la vida cotidiana (con exceso de carbohidratos y con escasos lípidos).
Tampoco se sabe aún si esta producción de grasas a partir de carbohidratos es la causa de la obesidad o si la obesidad determina la formación de grasas. "De todas formas, esto es un alerta para tener en cuenta: una dieta rica en carbohidratos no es lo mismo en obesos que en delgados", concluye Filozof.