Año CXXXIV
 Nº 49.070
Rosario,
miércoles  28 de
marzo de 2001
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Se inició ayer el juicio por el triple crimen de Cipolletti
Piden datos para investigar una masacre
El Tribunal solicitó ayuda al pueblo rionegrino en el marco de las audiencias en que se juzgará a dos hombres

Cipolletti.- El Tribunal que juzga desde ayer a dos acusados del triple crimen de dos hermanas y una amiga en Cipolletti pidió ayer a la población de esa ciudad rionegrina que, aún en pleno juicio oral, se acerque para aportar datos que arrojen alguna luz sobre los muchos puntos de la masacre que todavía son un misterio.
"Si alguien conoce algún dato que hasta ahora no se haya aportado o si alguien advierte que un testigo está mintiendo y tiene las constancias de que así sea, que se acerque a la secretaría o a los fiscales y lo ponga de manifiesto", fue el inusual pedido a la comunidad del presidente de la Cámara Penal segunda de General Roca, César López Meyer.
Con este clamor se abrió el esperado juicio oral y público por el crimen de las hermanas María Emilia y Paula González, de 24 y 17 años y su amiga Verónica Villar, de 22, perpetrado entre el 9 y el 11 de noviembre de 1997 y por el que hay dos acusados, Claudio Kielmasz y Guillermo González Pino.
A las 9.15 de ayer, en un recinto atípico para este tipo de proceso -el auditorio del Sindicato de Luz y Fuerza con capacidad para 320 personas- el camarista López Meyer reconoció que más allá de lo obtenido en la instrucción de la causa, el tribunal estará abierto a ampliaciones de prueba y nuevos testimonios.
Poco después de esas palabras, la sala se estremeció con el detallado recuento de lo ocurrido a cada una de las tres jóvenes víctimas antes de morir, con rasgos de crudeza que ni siquiera algunos de los padres de las chicas conocían.
A lo largo de la lectura de 172 fojas el fiscal Alvaro Meynet fundamentó su acusación de "privación ilegítima de la libertad y homicidio calificado" contra Kielmasz y González Pino.
Verónica Villar, se confirmó, murió "por asfixia mecánica por obstrucción de las vías aéreas superiores". Pero además, la víctima tenía un "sinnúmero" de lesiones externas como hematomas, y escoriaciones, heridas cortantes, punzantes, concentradas en su cabeza, cuello y tórax.
Paula González falleció por un balazo que le dispararon en el cráneo. Pero también tenía incontables lesiones, otras dos heridas con arma de fuego y la mandíbula destrozada.
Su hermana María Emilia también murió baleada en el cráneo. De acuerdo a las pericias, la joven estuvo atada de manos pero logró zafar de las amarras, algo que no le salvó la vida.
Todas las lesiones a las tres chicas, incluso las que revelan agresiones sexuales, fueron realizadas en vida y, también, "en el proceso agónico hacia la muerte". A Paula Micaela, la enterraron viva, cuando todavía agonizaba.

Pocas expectativas
Todavía angustiado por el recuerdo de lo ocurrido a sus dos hijas, Ulises González admitió no tener "demasiadas expectativas con este juicio porque es sólo el juicio contra dos imputados".\"No es el juicio por el triple crimen porque nuestra intención era que todas las causas por encubrimiento se unificaran", advirtió González.\Las madres de las víctimas, Susana Guareschi y Ofelia Villar, eligieron el silencio para esta primera jornada que recreó la tragedia en que terminó lo que debió ser un simple paseo de tres vecinas de Cipolletti.\Un centenar de personas dentro de la sala y otro tanto en la calle -en su mayor parte estudiantes- siguieron el juicio con banderas y pancartas en reclamo de Justicia.\El domingo 9 de noviembre de 1997 las tres chicas salieron de caminata y no volvieron a sus casas. Se presume que fueron interceptadas por varios individuos y dos días después, sus cuerpos fueron encontrados no muy lejos del lugar donde se las había visto por última vez.\A más de tres años del triple crimen nadie sabe todavía cómo fueron los últimos momentos de las jóvenes, cómo y dónde las mataron ya que, se sabe, no fue en el canal de riego donde fueron encontradas maniatadas, amordazadas, violadas, baleadas y acuchilladas.


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