Casi la mitad de los alumnos que ingresaron este año a las carreras de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) no aprobó los exámenes. El 47 por ciento de los estudiantes que rindieron Algebra y Geometría no superó los objetivos, mientras que el 42 por ciento deberá pasar un recuperatorio en la asignatura Análisis Matemático. Si bien estas pruebas no son eliminatorias (como único requisito para ingresar a Ingeniería se exige el título secundario), para el decano de esa Facultad, David Asteggiano, estos resultados "reflejan cómo entran los jóvenes a la universidad". Si bien el sistema en Medicina es diferente, las bajas registradas en esta casa de estudios también fueron notorias: de 2.900 inscriptos para el primer año más de mil abandonaron antes de empezar las clases ya que no asistieron a los cursos de ingresos que son obligatorios.
La Facultad de Ingeniería adoptó la modalidad de utilizar el examen de ingreso como primer parcial hace varios años. "La idea es que el estudiante tome la instancia con más responsabilidad y que se ambiente al ritmo de la facultad", explicó Asteggiano. Sin embargo, José Luis Munge, miembro de la secretaría académica de Ingeniería, señaló: "A la mayoría de los ingresantes le faltan capacidades para interpretar los textos, leer un enunciado, y manejarse dentro de la universidad".
En las carreras de Ingeniería de la UNR -que funcionan en Pellegrini 250- se inscribieron este año 821 alumnos. De ellos, 736 se presentaron al examen de Algebra y Geometría, y 729 rindieron Análisis Matemático I. Si bien casi cien estudiantes no concurrieron a alguna de las evaluaciones, este número resulta alentador si se compara con los registrados el año pasado: de 932 anotados, 647 fueron a rendir Algebra y Geometría, mientras que 648 a Análisis Matemático.
El decano de Ingeniería no responsabilizó sólo a la secundaria por el bajo nivel de los estudiantes cuando ingresan a la universidad, aunque admitió que "es un factor fundamental". Asteggiano subrayó que "el problema es más global, ya que abarca a la familia, el entorno, la situación económica de cada alumno y a la sociedad en general. La pérdida de empleo y la desintegración contribuyen a esta situación".
De los 736 alumnos que se presentaron para rendir Algebra y Geometría, el 53 por ciento aprobó y el 47 por ciento deberá hacer el recuperatorio. En Análisis Matemático, el 58 por ciento pasó la primera instancia y el 42 por ciento no cumplió con los objetivos del examen. Los números que se registraron el año pasado son similares: de los que se presentaron, el 52 por ciento aprobó y el 48 no lo hizo.
Munge reveló que "hay una mayor fragmentación entre los aspirantes, se nota de qué secundaria provienen". Para Asteggiano, "la diferencia no sólo se observa en el nivel de la educación que recibieron, sino en cómo se manejan en la universidad".
Los cursillos de Medicina
Entretanto, el ingreso a la Facultad de Medicina también trajo este año novedades. La decana Raquel Chiara reveló que de los 2.900 alumnos anotados, sólo 1.800 empezaron finalmente las clases: "La mayoría de los jóvenes deja luego de ver cómo será su trabajo. Hoy en día, Medicina es una carrera muy dura porque requiere tiempo, inversión y en nuestro país no tiene una buena remuneración económica".
Sin embargo, la decana subrayó que "de los jóvenes que se decidieron por la carrera, el 75 por ciento resolvió bien los distintos ejes" que se plantearon en las distintas etapas evaluadoras.
El preingreso en la Facultad de Ciencias Médicas se estructura en base a tres ejes. "Primero recuperan los conocimientos biológicos del secundario. La segunda instancia es el trabajo en terreno, donde el ingresante debe elegir un médico tutor y observar durante dos o tres semanas cómo es la profesión", relató la decana. El especialista tutor debe enseñarle al aspirante las primeras armas para desarrollarse dentro de la medicina, como tomar la presión, colocar una vacuna y tener conocimiento sobre atención primaria.
Una vez finalizado este período, el médico debe entregar una planilla especificando los días que el alumno concurrió al centro de salud. El tercer eje es la evaluación a libro abierto de los conocimientos adquiridos en el cursillo.