Una fuente del Kremlin indicó que el Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) había advertido con suficiente antelación de la posibilidad de una ola de atentados terroristas. Ante tal posibilidad, las autoridades rusas anunciaron la semana pasada una operación a escala nacional para prevenir los ataques, pero las medidas de seguridad resultaron infructuosas ayer. El alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, dijo que "no debe haber clemencia para los terroristas" y abogó por aplicar la pena de muerte, actualmente suspendida en Rusia, a los autores de los atentados. "Los terroristas que atentan contra la vida de gente inocente deben ser juzgados y también deben perder la vida", dijo Luzhkov, quien ordenó reforzar las medidas de seguridad en la capital rusa. Según Luzhkov, "la tarea común es acabar con la fuente del terrorismo, que sigue teniendo su centro en Chechenia".
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