A los 28 minutos del segundo tiempo Duendes estaba presionando insistentemente a Jockey contra su propio ingoal. En un contraataque, luego del enésimo penal a favor de los verdinegros en esa etapa, surgió algo imprevisto. En el afán por conseguir una pelota perdida, los jugadores no se percataron de que en el camino a la ovalada se encontraba la humanidad del árbitro del encuentro. La acción continuó y terminó en un try de Di Bernardo, que debió ser anulado porque Borsani había pitado antes de desvanecerse por el fuerte golpe recibido. Carlos Molinari, que oficiaba como juez de touch, tuvo que hacerse cargo de comandar las acciones.
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