Sin jugar bien, pero aprovechando esa capacidad de definición propia de verdaderos verdugos, Jockey Club se adueñó de un nuevo clásico con Duendes al vencerlo de local por 18 a 10, en la primera fecha de la versión 2001 del torneo Regional del Litoral. Fue un partido que, a pesar de haber sido jugado en un discreto nivel, tuvo varios momentos donde la adrenalina corrió como un río. La carátula de primer partido del año hacía presagiar -como después ocurrió- que los errores iban a ser casi una constante y que muchas veces la velocidad de la cabeza no estaba en sintonía con los brazos y las piernas. Los pases mal dados durante los 80 minutos fueron un ejemplo de ello. El partido arrancó con Jockey presionando, atacando la última línea verdinegra, y con un Duendes que se agazapó muy bien para contener esos embates. Con el paso de los minutos se invirtieron los roles y fue el conjunto de Tato Imhoff el que acorraló al local aunque tampoco logró herirlo aunque estuvo a centímetros de hacerlo. Más allá de no poder marcar puntos, Duendes era el que hacía mejor las cosas, o por lo menos mostró jugadas más elaboradas. Tratando de usar las múltiples variantes que tiene su line, Duendes armó desde esa formación la mayoría de sus incursiones en campo ajeno, pero por momentos erró los caminos y chocó con una defensa sólida donde se destacó el trabajo de las dos incansables terceras líneas. Sobre el final del período llegó el desequilibrio. Sebastián Preumayr, la figura de la tarde de ayer, fue el encargado de desnivelar la balanza. Con un arranque desde el fondo superó su marca y habilitó a Spirandelli, éste a Fradua y el centro abrió la cuenta cuando todo parecía indicar que irían al descanso sin sacarse ventajas. No obstante no fue la última. Gastón Conde embocó un penal y puso a Duendes a tiro. En el complemento, Duendes volvió a tener la pelota y con ella el control de juego. Y tuvo la chance de ejecutar a su rival, pero no pudo. El que primero la tuvo fue Camilo Boffelli, quien tras un contundente tackle perdió el control de la pelota, y knoc on mediante, Jockey pudo salir del asedio. También los errores en la toma de decisiones dejaron su huella, por ejemplo el de patear un penal desde una posición factible (el partido iba 5 a 3), que los verdinegros prefirieron jugar al line en vez de sumar a los palos. Después fue Cristian Barredo el que tuvo la posibilidad cuando pateó una pelota que boyaba en las 22 y no llegó a apoyar antes de que la ovalada cruzara la línea de pelota muerta. Contrariamente a lo que le pasó a Duendes, Jockey aprovechó su oportunidad. No perdonó. A los 24', otra genialidad de Preumayr. El medioscrum recuperó una pelota perdida y habilitó a Alberto Di Bernardo para que éste se zambullera al try. Fue un golpe letal. Una estocada que Duendes sintió. Un percance del árbitro Santiago Borsani (ver aparte) anuló otra posibilidad que tuvo después el apertura del Jockey. La jugada volvió atrás (a un scrum para Duendes) y terminó en try de Ferraza, que puso nuevamente a los verdinegros a tiro. Sin embargo, la diferencia final la sacó Jockey a través de Di Bernardo, que marcó los dos penales con los que el equipo de Tallo y Minoldo encontró la tranquilidad definitiva de saber que los puntos en juego quedaban en su casa.
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