Año 49.067
 Nº CXXXIV
Rosario,
domingo  25 de
marzo de 2001
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El volante contó la sensación que le provocó pasar de Unión a Colón
Darío Cabrol: Jugando con el enemigo
El nuevo jugador sabalero sentenció que su pasado tatengue es una página terminada en su carrera futbolística

Como un político con inquietudes gremiales, Darío Cabrol es consciente del escenario cambiante y explosivo en el que le ha tocado moverse en los últimos meses. El hombre que decidió ubicarse como el eje divisor de una ciudad por canjear su idolatría con la camiseta de Unión por un presente en terreno sabalero, interiormente sabe que esas cuestiones no se perdonan. Fue tal la ira que despertó su traición en el cielo tatengue, que cada vez que el equipo de Pumpido juega de local una bandera con la inscripción "Se vende madre, preguntar por Cabrol" se encarga de perpetuar la herida.
"De lo que dice esa bandera prefiero no hablar, no vale la pena", sólo atinó a decir Cabrol en la charla con OVACION. Y a pesar de que la elegancia de sus excusas favorecen la imagen de un argumentador serio, educado, que mantiene a distancia al provocador que se animó a cultivar la industria del odio de medio Santa Fe, el flamante volante de Colón lanza convencido que hará historia nada menos que en el rival eterno del que hasta unos meses fuera su club.
-¿Sos consciente del revuelo que armaste con tu pase a Colón?
-Sí, (risas) pero ya está. Desde el momento que acepté la oferta de Colón es porque estaba convencido de lo que hacía. Nunca dudé de que era lo mejor para este momento de mi carrera.
-Hablás como si todavía no tomaras plena conciencia del paso que diste.
-Claro que tomé conciencia de lo que hice. Es más, no fue fácil para mi familia asimilar todo, pero ya está. Estoy convencido de que hice lo que verdaderamente sentía, voy a triunfar con la camiseta de Colón.
-¿Sentís la presión de demostrar en Colón todo lo bueno que hiciste en Unión?
-No, para nada. Unión es una etapa terminada en mi carrera. Además a esta altura no tengo que demostrarle nada a nadie. Si la gente de Colón se fijó en mí es por lo que valgo como jugador. Lo único que quiero es devolverle todo el cariño que me brindó en este tiempo que llevo en el club.
-¿Te sorprendió que la gente de Colón te bancara desde el primer momento?
-Sí, la verdad nunca pensé que me iban a demostrar tanto afecto en tan poco tiempo. Sobre todo porque la imagen que tenían de mí era con la camiseta de Unión, pero la aceptación se dio desde el día que estaba a punto de firmar el contrato. Es más, cuando hice la entrada en calor para debutar en el partido ante Lanús la gente me aplaudió y gritó mi nombre.
-Es una situación rara la que contás, porque los mismos hinchas que hace un par de años no paraban de insultarte cuando tenías la camiseta de Unión hoy se dedican a aplaudirte.
-Sí, la verdad es de no creer. Pero es así, la gente de Colón me quiso de un primer momento, ahora sólo tengo que mantener ese reconocimiento con buenas actuaciones.
-¿Qué pusiste en la balanza para aceptar la propuesta de Colón y dar semejante paso?
-Lo pensé mucho. Tengo que reconocer que no fue fácil tomar una decisión. Aunque siempre tuve en claro como eran las cosas y a qué me arriesgaba.
-¿Cuesta creerte que nunca dudaste cuando surgió lo de Colón?
-No, en serio que no. Estaba seguro que tenía que trabajar, no podía darme el lujo de estar parado por seis meses. Surgió lo de Colón y me pareció que de todas las ofertas que tenía era la más seria.
-¿Qué hubieras hecho si en medio de la negociación con Colón aparecía una propuesta de Unión?
-No sé, no puedo hablar sobre supuestos. Lo cierto es que Unión no apareció.
-¿Lo tomás como un acto de ingratitud de parte de ellos?
-Está claro que mucha gente de Unión se olvidó de todo lo que le di al club. Desde que llegué de Francia los únicos que se contactaron conmigo para ofrecerme algo serio fue la gente de Colón a través de su presidente Vignatti. Si bien no esperaba que la gente de Unión me ofreciera volver, al menos me hubieran llamado para interiorizarse de mi situación y cuáles eran mis metas. Pero ya está, parece que se olvidaron muy rápidamente de todo lo que les dio Cabrol en estos años.
-¿En estos meses qué diferencias encontraste entre Unión y Colón?
-En muy prematuro para decir la diferencia entre una y otra institución. Lo único que puedo decirte es que en el aspecto futbolístico la mentalidad del plantel de Colón es pelear cosas importantes y no conformarse con salvarse del descenso. Cuando estaba en Unión sólo apostábamos a hacer una buena campaña y listo.
-¿Tu familia es hincha de Colón o de Unión?
-La cosa está bastante repartida, mi viejo siempre fue hincha de Unión, pero en la familia de mi vieja son todos de Colón.
-¿Y vos de quién sos hincha?
-No, eso no te lo voy a decir.
-¿Te molesta que algunos hinchas te traten de traidor?
-No, porque sé que no lo soy. Traidor hubiera sido si en mi paso por Unión no hubiese dado nada por el club. Estoy muy tranquilo porque le di mucho más de lo que ellos me dieron a mí. Parece que la gente se olvida de toda la plata que le dejé al club en transferencias, cuando me fui a Racing en el 92, o cuando me vendieron a Lanús. Además jugué muchos años sin contrato, estuve en el peor momento de la institución cuando no había agua, luz ni ropa para entrenar. Para colmo en ese momento la hinchada estaba metida todo el día en club y pasaban muchísimas cosas turbias. Un caos total, éramos cuatro o cinco jugadores que entrenábamos junto a Arsenio Ribecca (hoy técnico de la reserva de Newell's) en la costanera y estábamos a la deriva. Por todas esas cosas te digo que la gente de Unión no tiene memoria. En vez de putearme o buscar agredirme tendría que reconocer todo lo que le banqué al club en los años que estuve.
-Convengamos que es lógico que el hincha se sienta traicionado. Este revuelo se armó porque se trataba de vos, un ídolo indiscutido del club.
-Sí, está bien. Igualmente eso no justifica todo lo que me hicieron en este tiempo. Te repito, estoy tranquilo con mi conciencia porque en los años que vestí la camiseta de Unión dejé la vida por el club y no supieron reconocérmelo. Muchos se olvidan de que antes de llegar a ídolo, la gente de Unión se cansó de insultarme y de putearme cada vez que agarraba la pelota. No voy a negar que es lógico que estén dolidos, pero los hinchas que piensan y saben lo que les di en todos estos años me van a querer siempre.
-¿Es difícil de creerte que se te haya acercado algún hincha de Unión para felicitarte por haber firmado para Colón?
-Sí, pero hubo gente que me felicitó. Por ejemplo Miguel Del Sel (integrante del trío Midachi) me apoyó siempre y entendió que mi decisión tenía que ver con mi trabajo. Yo no podía quedarme seis meses sin lugar, faltaban diez días para cerrar el libro de pases y las otras ofertas que manejaba no eran muy concretas.
-¿Cómo te arriesgaste a dar semejante paso si sabías que lo de Colón era sólo por seis meses?
-Lo que pasa es que a último momento la gente de Colón logró poner una opción de compra de más un millón de dólares por mi pase. A pesar de que la gente de Unión está muy dolida conmigo, te repito, se olvidan de todo lo que le di al club.
-¿Ya se calmaron un poco las aguas?
-No sé, creo que la buena situación de Unión en el campeonato hace que por ahora estén ocupados en otra cosa. Si bien todavía algún tarado me insulta cuando voy por la calle, es gente que no vale la pena ni nombrarla.
-¿Te vas a animar a gritar un gol en el clásico?
-No sé, lo voy a pensar cuando llegue ese momento.


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