Lucas Ameriso
Tres de los cuatro designados secretarios municipales asumieron ayer por la tarde sus cargos. La ceremonia, presidida por el intendente Hermes Binner, fue escueta pero en un clima más familiar y distendido en el que predominaron las charlas por lo bajo y las miradas cómplices entre los colaboradores del jefe comunal. Así las cosas, Miguel Lifschitz está habilitado para sumergirse en los problemas de la Secretaría de Servicios Públicos y Daniel Esteban Vidal hará lo propio con Planeamiento. Un secretario saliente, Joaquín Blanco, hizo ante La Capital un balance de su gestión. Tertulia, abrazos y saludos fueron el prólogo de la asunción de los nuevos titulares en el equipo de Binner. Lifschitz debió soportar las bromas del resto del gabinete por la difícil tarea que le espera con la crisis del transporte y más de uno le dio una graciosa palmadita en la espalda, como si fuera un pésame. Fue un acto corto, con los presentes de pie y con los "históricos" en primera fila: Mónica Fein (secretaria de Salud), Antonio Bonfatti (secretario de Gobierno), el siempre sonriente José León Garibay (subsecretario de Servicios Públicos), el incondicional Miguel Cappiello (ex gerente del Pami Rosario), el mesurado Rubén Galassi (secretario de Comunicación Social) y los hermanos Pedro y Daniel Pavicich, (subsecretario de Promoción Social y presidente del Banco Municipal, respectivamente). En las sombras, desde donde trabaja habitualmente, se ubicó Rubén Lozano, mano derecha de Binner y secretario privado del intendente. Hacia las 19.25, Binner oficializó con su firma la asunción de Lifschitz en Servicios Públicos, Vidal en Planeamiento y Juan Carlos Zabalza al frente de la Secretaría General. Resta la incorporación de Miguel Zamarini al frente de Promoción Social, trámite que se concretará la semana entrante cuando el Concejo Municipal acepte su renuncia como edil del oficialismo. Recién allí podrá ocupar su nueva función. La ceremonia duró ocho minutos, durante los cuales Binner se esmeró en subrayar su agradecimiento a Joaquín Blanco, que irá al ente portuario; Sebastián Bonet, quien ocupará una silla en el directorio del aeropuerto, y Elida Rasino, que deberá abocarse a dirigir las relaciones internacionales de Rosario. Pero algo "flotaba" en el ambiente, y fue el propio Blanco quien se encargó de ponerlo en palabras. "Uno nunca se va satisfecho del todo, queda un gustito amargo", confesó, y reconoció su insatisfacción por los vaivenes derivados de la caducidad a la firma Cotal, conflicto que precipitó su caída. Como un auténtico bombero apagaincendios, Binner se avalanzó sobre la charla con La Capital. "Pero de qué frustración hablás", le dijo Binner a su ex secretario, y enumeró: "Manejaste las licitaciones de la basura, la de los semáforos y del estacionamiento medido a la perfección". Blanco asintió con su cabeza y remató: "Me llena de orgullo que en cinco años, en Servicios Públicos no hubo un solo hecho de corrupción que haya involucrado a algún funcionario con capacidad de decisión".
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