Año CXXXIV
 Nº 49.066
Rosario,
sábado  24 de
marzo de 2001
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Hay bolicheros que acumularon bronca

Habría contra Occhi ocho denuncias: una grave sería de Sabor, pub de Cochabamba 1030 (casi San Martín), planta baja de una casa de tres pisos, antigua fábrica de ropa. Ambito de luces bajas donde tomar y bailar había sido clausurado por Stella Maris Andretich cuando comandaba Registración e Inspección. Luego se rehabilitó, pero su titular -una mujer- se cansó del hostigamiento de Occhi y lo denunció en la sede de Registración. Convocada por el juez Carbone, ratificó los términos: habló de una coima de 150 pesos por fin de semana que dijo haber pagado durante varios meses.
Bolicheros y dueños de bares del centro acumularon bronca contra Occhi en el último año y medio porque la presión era constante, según narran ahora. Lo acusan de haber hecho la vista gorda, en cambio, frente a dos bares que dicen regentea un tal Yayo: Urban, en Tucumán al 1000 (entre Mitre y Sarmiento) y Loft, por San Lorenzo entre Maipú y Laprida. Apuntan que a estos dos bares nunca entró una inspección municipal -cuestión que habría garantizado Occhi a los dueños- y la música se estiraba hasta las cinco de la mañana.
Otra de las maniobras que le sindican a Occhi propios compañeros de repartición es dar vía libre a las peñas de estudiantes -Flashvaca, por ejemplo- en locales que habían sido clausurados definitivamente por Andretich -su antigua rival, luego desplazada- y que la nueva ordenanza prohibía: La Bonita (San Martín y Urquiza) y Unión Club (Lagos y Córdoba). Es más: hubo quienes arriesgaron que Occhi alquilaba a los titulares, a 500 pesos -por ejemplo- el local, y lo subalquilaba a los estudiantes a 1.500. Mientras, las inspecciones no se hacían. Andretich se fue el 30 de marzo de 2000 y en abril ya funcionaban las peñas, dijeron.
Un bolichero, Pichi Liberati, que esta vez no hizo ninguna denuncia, declaró a La Capital: "En septiembre del año pasado dejé un escrito en la oficina del edil Jorge Boasso dando detalles del accionar de Occhi y sus colaboradores, los nombré como un tal Maxi y Segovia. Lo hice porque la Municipalidad me había dado la viabilidad de la disco Imperio, en Rondeau al 800, pero ellos siempre decían que faltaba la amenización musical. Dije en la nota que habían sugerido una colaboración de 150 pesos por fin de semana, 600 pesos al mes. Mi denuncia, ahora, parece confirmada por otra gente. Temo que Registración siga actuando no conforme a la ley, por ejemplo, con la disco Shambala, donde antes estaba La Sirena".
Sorprendió en el ambiente nocturno, en las últimas semanas, la clausura del bar Piluso en la que Occhi no tuvo ninguna participación. Registración cerró Piluso (Alvear y Catamarca) por falta de baño para discapacitados y de mosquitero entre cocina y barra, hecho que llamó la atención en un contexto general de bares mucho menos equipados y cuidados. Una clausura de una semana a ese bar, hasta que el baño fue construido, hizo pensar qué pasaría si igual celo se aplicara en el resto, en una ciudad donde son frecuentes los baños impresentables a los que el público hasta duda de entrar a riesgo de no contaminarse.


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