Jorge Salum
El juez Carlos Carbone dejó libres ayer a los tres inspectores municipales acusados por empresarios de la noche de exigirles entre 150 y 500 pesos semanales para que no clausuraran sus locales. Aun excarcelados, los funcionarios quedaron formalmente imputados del delito de "exaciones ilegales", que consiste en exigir dádivas abusando de un cargo público y se castiga con penas de uno a seis años de prisión e inhabilitación para ejercer la función pública. La excarcelación concedida por Carbone beneficia a Julio José Occhi, Maximiliano Aidar y Ariel Segovia. El primero era el jefe de espectáculos nocturnos de la Dirección de Registración e Inspección, y los otros se desempeñaban como inspectores bajo las órdenes de aquel. Ahora los tres están suspendidos en sus cargos y, además del proceso judicial, enfrentan un sumario interno que los llevaría a la exoneración. Los inspectores y su jefe fueron detenidos el miércoles por orden del propio Carbone, quien investiga desde febrero una denuncia realizada por la Municipalidad a partir de lo que revelaron en la Dirección de Investigaciones Administrativas varios propietarios de discotecas y bares de la ciudad. Según estos empresarios, Segovia y Aidar le pedían dinero semanalmente para que no clausuraran sus negocios, y lo hacían invocando el nombre de Occhi. Estas denuncias fueron ratificadas luego ante Carbone por los mismos empresarios, quienes manifestaron estar "cansados" de la situación. Las acusaciones contra los inspectores comenzaron a llover a la Municipalidad el segundo semestre del año pasado, y la última colmó los oídos de los funcionarios en febrero de este año. Uno de los empresarios admitió que durante varios meses pagó religiosamente lo que le exigían, y otro contó que hasta existe una cuenta bancaria donde se hacían los depósitos. El nombre del banco y el número de la cuenta ya están en poder de Carbone, aunque todavía faltaría saber a nombre de quién figuraba y quiénes la operaban. Aunque el caso recién se conoce ahora, la investigación lleva varias semanas y en su momento estuvo cerca de asestar un duro golpe a uno de los sospechosos: hace algunas semanas Carbone casi agarra in fraganti a uno de los inspectores mientras apretaba a uno de los empresarios, aunque la operación habría fracasado porque al parecer el inspector, que es uno de los imputados, advirtió que la policía estaba tratando de filmarlo. Segovia y Aidar fueron arrestados el miércoles por policías de la sección Seguridad Personal, pero Occhi se adelantó y se presentó sólo en el juzgado de Carbone. Allí, en una larga declaración, negó enfáticamente la acusación de los empresarios y sugirió que las denuncias fueron "armadas" para perjudicarlo. Quienes lo vieron cuentan que estaba furioso e indignado, y que más de una vez prometió revelar la trama que lo depositó en un calabozo. Es más: al terminar la declaración, Occhi se quebró delante de un grupo de íntimos y atribuyó la supuesta maniobra en su contra a funcionarios políticos de la Municipalidad con quienes estaría enfrentado. Según contó una de las pocas personas que escuchó ese speech, Occhi juró y aseguró que pretenden sacarlo del medio porque persigue "con excesivo celo" a ciertos empresarios que según él gozan de protección y no deben ser tocados.
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