Medina, Arabia Saudita. - El secuestro por militantes chechenos de un avión ruso con 175 pasajeros a bordo terminó en drama ayer con la muerte de tres personas y varias más heridas, durante el asalto de las fuerzas especiales sauditas para liberar a los rehenes. Fuentes médicas en el aeropuerto príncipe Mohamed Ben Abelaziz de la ciudad saudita de Medina, donde se hallaba el aparato, informaron de que en la acción del comando murieron una mujer y dos hombres, además de producirse algunos heridos. Autoridades rusas señalaron por su parte que los muertos fueron uno de lo secuestradores, un pasajero de nacionalidad turca y una azafata, la cual fue degollada.
Alrededor de 120 ocupantes del aparato fueron liberados por las fuerzas antiterroristas sauditas y trasladados a la terminal del aeropuerto. En los momentos que siguieron al asalto, testigos presenciales dijeron que varios pasajeros tenían las ropas manchadas de sangre y que pudieron ver a una persona esposada en el suelo, boca abajo. Durante la madrugada los secuestradores habían permitido abandonar la aeronave a unas cuarenta mujeres y niños, además de un auxiliar de cabina, herido de arma blanca en un forcejeo con los asaltantes. En la confusión originada en el incidente, el aparato descendió precipitadamente unos 400 metros, pero pudo ser estabilizado por el piloto.
Posteriormente, otro grupo de pasajeros logró escapar por una salida trasera de la aeronave en un descuido de sus captores. La operación de asalto duró unos pocos minutos y se produjo a las 12.15 hora local (9.15 GMT) de ayer, unas 18 horas después de que el Tupolev-154 de la compañía rusa Vnukovo aterrizase en el aeropuerto de la ciudad santa musulmana de Medina, a unos 1.000 kilómetros al oeste de Riad.
Negociaciones para un "largo viaje"
Hasta ese momento, un equipo de autoridades sauditas y representantes rusos había estado manteniendo tensas negociaciones con los secuestradores, que solicitaron repostar combustible para emprender "un largo viaje", posiblemente a algún destino en Afganistán. Las primeras informaciones sauditas indicaban que también habían exigido que Moscú detuviera la campaña militar que lleva a cabo contra Chechenia. "Un comando antiterrorista ha conseguido asaltar el avión ruso secuestrado en el aeropuerto Mohamed Ben Abdelaziz y liberado a todos los rehenes a bordo, durante una rápida operación en la que sometió a los secuestradores", señaló un portavoz del Ministerio de Interior saudita en un escueto comunicado.
También indicó que el asalto se produjo en un tiempo récord después de que los secuestradores amenazaran con hacer estallar el aparato, y tuvo como objetivo salvar la vida de los rehenes y la tripulación "con el menor número posible de pérdidas".
El secuestro comenzó el jueves sobre las 11 GMT, poco después de que el aparato despegara del aeropuerto turco de Estambul con destino a Moscú. El piloto fue obligado en principio a dirigirse a El Cairo, pero finalmente cambió el rumbo hacia Arabia Saudita, donde en principio se pensó que la ciudad costera de Yeda, a unos 500 kilómetros de Medina, era el destino del avión secuestrado. Los pasajeros eran en su mayoría rusos, unos sesenta ciudadanos turcos y varios de otras nacionalidades no especificadas. Uno de los secuestradores fue identificado por fuentes chechenas en Jordania, citadas por la agencia Itar-Tass, como Aslambek Arsáyev, un general que fue ministro de Seguridad del gobierno formado en 1997 por el presidente de Chechenia, Aslan Masjádov.
Estas fuentes indicaron que el secuestro no tenía motivaciones económicas o terroristas, y que trataba de llamar la atención de la opinión pública internacional sobre la situación en Chechenia.
Rusia está librando su segunda operación militar en cuatro años en la separatista Chechenia, combatiendo principalmente a rebeldes musulmanes. Durante la primera guerra, hombres armados vinculados a los rebeldes chechenos secuestraron brevemente una embarcación en aguas próximas a la costa de Turquía, en 1996. Cuatro aeronaves fueron secuestradas en el espacio aéreo turco en 1998 y 1999. Los secuestros pasados fueron perpetrados por simpatizantes de los rebeldes kurdos y por extremistas islámicos.
La Ciudad
