Allanaron el banco Mercurio y secuestraron documentos

Personal de Delitos Complejos de la policía allanó en la tarde de ayer el banco Mercurio, en un operativo que se extendió durante tres horas, bajo las órdenes del juez Claudio Bonadío y con la presencia del fiscal Maximiliano Rusconi, en el marco de la investigación por el crimen del empresario Mariano Perel y su esposa. Durante el allanamiento a la entidad bancaria dirigida por Jacobo, Mauricio y Daniel Benadon que, según trascendió, se hallaban presentes en el lugar, se secuestraron documentos que será adjuntados a la investigación iniciada esta semana en el Juzgado Federal Nº11, a cargo de Bonadío.
En el Mercurio también se presentaron el fiscal Maximiliano Rusconi y un equipo de colaboradores de la Unidad Fiscal de Investigaciones de Delitos Tributarios y Contrabando (Ufitco), el organismo que a principio de semana presentó una denuncia contra ese banco en los tribunales de Comodoro Py.
Rusconi permaneció en las oficinas de la entidad bancaria y en diferentes oportunidades respondió varias consultas acerca del material secuestrado a los letrados del Juzgado que dirigieron el procedimiento.
Al edificio de San Martín al 300, en el microcentro porteño, también ingresó el abogado León Arslanian, ex ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, que hasta 1996 era representante legal del Banco Mercurio y que según estimaron fuentes allegadas a la investigación seguiría vinculado con la entidad.
Las mismas fuentes detallaron que la documentación secuestrada ayer comenzaría a definir "un rumbo posible" en la investigación que involucra al banco con delitos de evasión tributaria, venta de justificaciones bancarias y por la figura de asociación ilícita.
Entre los archivos ocultos por Perel en diferentes computadoras y que los peritos informáticos lograron desencriptar, aparecen notas relacionadas con los fondos blancos y la caja blanca del banco, y consultas cruzadas entre el ejecutivo y algunos asesores de la entidad.
El capítulo que involucra al banco Mercurio con el empresario asesinado junto con su esposa en Cariló, el 4 de febrero último, alcanzó su punto más caliente entre 1996 y 1997, cuando la Justicia comenzó a investigar presuntos giros indebidos al exterior, evasión y fraude millonario.