Año CXXXIV
 Nº 49.059
Rosario,
sábado  17 de
marzo de 2001
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Ubicaron a dos jóvenes desaparecidas
Un malentendido tras la historia de las chicas perdidas en Brasil
Se hospedaban a 6 cuadras de la posada donde habían hecho sus reservaciones

Las dos jóvenes argentinas desaparecidas en la ciudad brasileña de Florianópolis, quienes habían perdido contacto con su familia el martes pasado, fueron halladas ayer por la policía local. La búsqueda de las chicas y la desesperación de sus familiares se originó en un malentendido: las mujeres se alojaron en un hotel distinto al que habían reservado y no volvieron a comunicarse con sus seres cercanos. Estando en perfecta situación, simplemente no estaban localizables.
El titular de la comisaría segunda del barrio Saco dos Limoes en Florianópolis, Adriano da Luz, contó a La Capital que dieron con las mujeres gracias a que una de ellas había confirmado su reserva de pasaje de regreso. Como la joven había dado el teléfono del lugar donde paraba, las pudieron rastrear y aclarar la confusión.
Anabel Fabiana Chidichino, de 30 años, y su amiga Gabriela Susana Medina, de 26, estaban alojadas en el residencial María Luisa, de la playa de Canasvieiras, a seis cuadras del hotel en el que habían hecho reservas por teléfono. Terminaron por ir a ese lugar porque les resultó más barato, según contó Da Luz anoche a este diario.
Anabel y Gabriela desembarcaron del vuelo 9605 de la empresa Transbrasil el martes a las 5.35 de la mañana en el aeropuerto Hercilio Luz de Florianópolis. Antes de abandonar la aeroestación, Anabel llamó a su familia en Buenos Aires porque había extraviado el papel donde habían anotado la dirección de la posada donde se alojaría durante diez días. Su padre, Rubén Chidichino, fue quien le pasó el dato requerido. La posada está en el balneario Canasvieiras, uno de los preferidos por los visitantes argentinos, situado en el norte de la isla.
Tres horas después del llamado de Anabel, casi a las 9 de la mañana, el dueño de la posada Das Flores se comunicó con la familia Chidichino en Buenos Aires. Quería saber si las jóvenes habían desistido de la reserva porque no habían aparecido por el hospedaje. Eso desató la angustia de la familia: al día siguiente el padre y un tío de Anabel viajaron a Florianópolis.
A poco de llegar, el padre y el tío de las jóvenes denunciaron el hecho y anoche lograron que se difundiera la fotografía de Anabel por los cuatro canales de Florianópolis. Pero nada de eso sirvió y todo se resolvió esta tarde muy rápido a partir de la confirmación del regreso que hizo Gabriela.
El caso de las dos chicas porteñas fue ayer el tema del día de la prensa de Florianópolis. Según contó Da Luz, las fotos de las jóvenes fueron distribuidas a las empresas que explotan el transporte público y pegadas en los ómnibus que recorren la isla. Hasta las 6 de la tarde, dijo el oficial, las pesquisas no habían arrojado novedades. "Examinamos todos los hospitales públicos de las ciudades de la región. También las morgues judiciales y los registros de comisarías. En ningún sitio hay indicios sobre ellas", informó. Más temprano una brigada policial había intentó identificar al taxista que transportó a las dos amigas. Ninguno de los conductores que trabajan en el aeropuerto reconoció a las jóvenes.
El comisario Da Luz dijo que las jóvenes van a ser convocadas a declarar para cerrar definitivamente el caso, que "no pasó de un mal entendido, así que no hay ningún problema", acotó. Rubén Chidichino y el tío de Anabel, Aníbal Causerano, agradecieron todo lo que hizo "la gente, el consulado argentino y la policía brasileña" para ayudarlos.


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