Por más que desde la Municipalidad se alzaron ayer distintas voces para asegurar que el servicio de colectivos que brindaba la Cotal se iba restableciendo lentamente, la realidad que se vivió en las calles distó bastante de avalar esa afirmación. Por tercer día consecutivo, miles de rosarinos volvieron a padecer los coletazos de un sistema caótico y emparchado que hasta ahora cosecha más insultos y caras de disgusto que felicitaciones. Es más, desde la Dirección de Transporte se admitió que el servicio de la Cotal se estaba brindando ayer con un 30 por ciento menos de coches. Y eso se siente en la ciudad. Confiado, el subsecretario de Servicios Públicos municipal, José León Garibay, señaló que la situación terminará de normalizarse mañana.
Lo cierto es que quienes tuvieron que abordar los colectivos sustitutos que llegaron para brindar los servicios de la Cotal volvieron a indignarse y debieron soportar demoras de hasta 40 minutos, en pleno día.
La sorpresa fue aún mayor para aquellos que se movilizaron en los ómnibus que pertenecían a la 112, ya que ayer el servicio lo brindaron colectivos de la 134 identificados con carteles que rezaron: "134, Hume". "¿Porqué no le ponen un cartel que diga 112?", le increpó visiblemente ofuscado un hombre a un colectivero cuando se enteró de la nueva numeración. Atrás habían quedado veinte minutos de espera en la esquina.
Al cierre de esta edición, las autoridades de la Secretaría de Servicios Públicos informaron que la empresa 25 de Mayo brindará a partir de la cero hora de mañana el servicio de la 112. "Se respetará el mismo recorrido que cubría la Cotal", aseguró Garibay.
En tanto, la bronca se reprodujo una y otra vez en cada parada de las líneas 126, 127, 129, 130, 131, 132 y 147, todas administradas anteriormente por la Cotal y ahora en manos de sus nuevos prestatarios de Las Delicias, Molino Blanco y Manuel Belgrano, a raíz de la decisión del intendente Hermes Binner de quitarle la concesión luego de un paro patronal.
Un servicio con 36 coches menos
El titular de la Dirección de Transporte de la Municipalidad, Alejandro Boggiano, admitió que el servicio que la Cotal prestaba con 96 unidades, ayer se estaba brindando con 36 colectivos menos. "Los recorridos de la Cotal los están haciendo 60 unidades que llegaron desde Buenos Aires y Córdoba", indicó, al tiempo que subrayó que "todos los ómnibus son desde el modelo 89 en adelante".
Pero las condiciones en que se encuentran estas unidades dejan bastante que desear. "Ayer tomé el 127 y a las cuatro cuadras me tuve que bajar por que se rompió", señaló Susana desde la parada que ese colectivo tiene en Mitre y San Lorenzo y en el momento exacto en que se cumplía el minuto 25 desde que esperaba su aparición. Según confesó, a su hija le había pasado lo mismo un día antes cuando iba al colegio. "Se rompen a cada rato. Están todos destruídos", se quejó.
Momentos después, un viejo colectivo visiblemente sucio y con los guardabarros y los laterales oxidados apareció en escena. "No se puede creer, es inconcebible que tengamos que viajar en estas cosas", señaló mientras ponía un pie en un descascarado y roto escalón.
Detrás de esa unidad, y oculta debajo de una compacta capa de tierra, apareció otra que dejó entrever un color blanco y un cartel que indicaba que era el 130. "Por fin llegó", lanzó un adolescente que lo esperaba sentado en el cordón.
A pesar de las críticas, Garibay salió ayer a poner paños fríos y anunció que mañana todos los servicios "serán normales". Lo mismo aseguró Rubén Rodríguez, uno de los empresarios que se hizo cargo de la prestación de algunas líneas de la Cotal. Mientras tanto, miles de rosarinos volvieron a padecer uno de los momentos más críticos del transporte de la ciudad, no creyeron en promesas y protestaron indignados.
La Ciudad
