Las prostitutas argentinas son las mejor pagas de América latina, cuentan con una clientela formada "en su mayoría por padres de familia" y, a diferencia de las chilenas y uruguayas, carecen de control sanitario, según se puso de manifiesto en el Primer Taller de Intercambio y Capacitación de Trabajadoras Sexuales del Cono Sur, que se realiza en Capital Federal.
Eso sí, las chicas se quejan de lo que creen es una nueva tendencia sexual en estos tiempos: los travestis son buscados cada vez más por los hombres, dada la libertad de elección que permite la sociedad actual, lo que es catalogado por las meretrices "como un paso previo de los varones para asumir su homosexualidad".
"Es mentira que sólo los solteros nos buscan. No son solteros, ni violadores, ni tímidos los que nos vienen a ver. Son hombres casados, porque aquí no hubo educación sexual y el sexo sigue siendo un tema tabú", aseguró Elena Reynaga, presidenta de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (Ammar).
Para Reynaga, "a veces las parejas no tienen la suficiente comunicación y el hombre viene a buscar lo que no se atreve a pedirle a su mujer porque es «su señora». Y eso es una tontería".
Eliana Dentone, presidenta de la Asociación Pro Derecho de la Mujer (Aprodem), en Chile, señaló que "el cliente puede ser un funcionario, un abogado o un cartonero. Solteros, casados, viudos y separados están a la par hoy en Chile. Pero los chicos ya no se hacen hombres con las meretrices, sino con sus novias".
Opinión sobre los travestis
¿Cómo afecta a las prostitutas la presencia de travestis? "No consideramos que sean competencia porque el cliente de los travestis -afirmó la presidenta de Ammar- no es nuestro, es un homosexual que se resiste a reconocerse como tal, entonces hace un proceso hasta que un día va a terminar por asumirse".
Y ensayó una teoría: "Yo creo que lo que les pasa a los hombres en todo el mundo, es que hay más libertad, se caen mitos y muchos empiezan a reconocer cuál es su sexualidad".
Sobre las tarifas que cobran las trabajadoras sexuales, si bien hay quienes tienen su clientela en sectores altos de la sociedad, por lo general tienen sus clientes en sectores bajos.
En ese nivel las remuneraciones varían entre los distintos países latinoamericanos: en Argentina obtienen unos mil dólares mensuales, en Uruguay unos 300 y en Chile unos 150, según datos de las organizaciones que nuclean a las trabajadoras sexuales.
En cuanto al control médico, las 7 mil prostitutas uruguayas y las 15.700 chilenas cuentan con libreta sanitaria y realizan exámenes periódicos; por el contrario las más de 11 mil argentinas no deben realizarse ninguna revisación para constatar si están o no contagiadas con hepatitis B, sida o enfermedades de transmisión sexual, como la sífilis y la gonorrea, destacó Reynaga.
Es más, "en Uruguay nos podemos jubilar y la libreta de control sanitario es como el carné del trabajador que justifica los años de servicio social", resaltó Susana Ribeiro, presidenta de la Asociación de Mujeres Profesionales de Uruguay (Amepu).
"En Argentina se deberían hacer los controles sanitarios desde un sindicato de las trabajadores sexuales -una organización que aún no existe y creemos imprescindible-, porque si no sería como darle un elemento más a la policía para la corrupción. Si una meretriz no tiene la libreta, un policía le puede pedir plata a cambio de hacer la vista gorda", alertó Reynaga.
Las diferencias en cuanto al control sanitario se originan en que "algunos países, como Chile y Uruguay, son reglamentaristas, es decir, existe un marco legal para las meretrices. Por el contrario, Argentina y Brasil son abolicionistas, tienden a negar la existencia de prostitutas y eso es un problema porque ellas forman parte de la sociedad", resaltó Ribeiro.
Pero la representante argentina advirtió que "la abolición va destinada a la explotación de la prostitución ajena, es decir al proxenetismo, no a las prostitutas".
"Hay tratados con la Organización de las Naciones Unidas donde se dice que hay que penalizar al proxeneta, pero acá se hace todo al revés. El proxenetismo no se toca y se encarcela a las trabajadoras sexuales", denunció Reynaga.
La Ciudad
