Alejandro Cachari
La pregunta no tendrá respuesta. ¿Central ganó un punto o perdió dos ante Colón? Lo cierto es que los dos tenían otras expectativas y se quedaron con muy poco. Cero a cero que no le sirvió a nadie. El desarrollo del juego le otorgó mayores merecimientos por el canto de una uña a Central. Pero si no fuera por un error garrafal del línea Ernesto Soto, debió ganar Colón: le anuló insólitamente a Graf un gol lícito tras una excepcional atajada de Tombolini ante un balazo del uruguayo Delgado. El tren pasó en el primer tiempo y los canallas no lo tomaron. Allí Ezequiel y compañía tuvieron todo a disposición para romper el cerrojo sabalero, pero la impericia a la hora de la definición volvió a hacerse presente en el Gigante. Primeros síntomas: doble hamaca de Ezequiel y remate cruzado arriba del travesaño. Tiro libre de Cabrol y manotazo de Tombolini al córner. Gran asistencia de Graf para Gigena y salvada de Loeschbor en la línea tras la parcial intervención del arquero. Central lo buscaba a González, Colón usaba los pelotazos en diagonal para Gigena y Graf. El equipo de Gareca era más. Con sólo ver a Castagno Suárez mucho más preocupado en su ataque que en Ezequiel era suficiente. Mucha distancia entre el medio y el fondo. Y ahí jugaba el sabalero. Partido rápido, algo impreciso, entretenido. Pero apenas un movimiento bastó para que el encuentro cambiara de mano. La orden llegó para que el Equi juegue sobre Aquino, por la izquierda del ataque. Y el diez cambió el desarrollo. De allí hasta el final Central dilapidó una y otra vez sus chances. Por momentos vapuleó a un rival confundido y sin conducción. Faltó la estocada final. Pero, siempre hay uno. Cada contraataque rojinegro generó riesgos. A tal punto que Marra se transformó en una de las figuras de su equipo con dos cierres clave sobre los pies de Graf cuando el último escollo era Tombolini. El partido quedó claramente presentado. Central debía atacar a Colón. Porque con la pelota es un equipo temible y porque además evitaba que jueguen Cabrol y Delgado. El dominio llegó por decantación, la falta de definición se transformó en una costumbre y la endeblez defensiva fue la mayor preocupación a pesar de la escasez de ambiciones del rival. Por ese entonces, Eros Pérez y el Chino Aquino eran una enorme tentación para someter a Leo Díaz. Pero Central falló y el primer tiempo se fue con un resultado injusto: 0 a 0. En el complemento todo fue distinto. A Colón le calzó justo el traje del contraataque y a Central le empezó a pesar el desgaste que genera la Copa y el Clausura. Al equipo de Bauza le llevó más de 20 minutos acomodarse, y cuando lo hizo se encontró con la solidez de Leo Díaz. Colón fue de mayor a menor. Pero se quedó con las situaciones más claras de la segunda etapa. Por falta de definición, los dos equipos se quedaron con muy poco.
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