Poco más que turismo cultural

"Bufo y Spallanzini", ópera prima del brasileño Flavio Tambellini, también se exhibió en la competencia oficial. Es una película de impecable factura técnica, que no logra convencer con su historia. Un escritor de novela se mete en líos con un poderoso empresario. Primero descubre cómo está implicado en los fraudes a una compañía de seguros y después se hace amante de la mujer, a quien un día descubren muerta de un tiro en el corazón.
Con una trama que quiere ser original y, en cambio, todo el tiempo es previsible, "Bufo y Spallanzini" tiene sin embargo un par de buenas actuaciones, aunque lamentablemente no es la del actor principal, quien es una mala cruza entre Charles Bukowski y Bruce Willis. En fin, un tipo insoportable.
"Mulgogi Jari" por su parte, comienza como una comedia romántica. La dueña de un videoclub se enamora de un cliente que es músico, y lentamente va tejiendo, como una araña, un tela alrededor de su presa -el chico-. Algunos desaciertos arruinan la película. El primero es la música. El chico admira a Kurt Cobain, el ex líder de Nirvana, pero compone unas insoportables baladas románticas que no consiguen, para suerte de los oyentes, editor.
Finalmente, la finlandesa "Casas abandonadas" es un relato sobre la guerra entre Finlandia y Rusia. Trata de una pareja que se quiere casar a pesar de estar en medio de una conflagración. Es un filme manido, que no aporta nada nuevo.
De lo que se vio hasta ahora en la competencia oficial queda claro que los seleccionadores confundieron calidad estética con regionalismo. Cada película muestra, someramente, cómo son los países en los que fueron filmadas, pero avanzan poco a la hora de contar una buena historia. Más turismo cultural que buen cine, que en este festival por ahora pasa por otras secciones, con películas como "In Mood for Love" de Won Kar Wai o "La virgen de los sicarios" de Barbet Schroeder.