Andrea Sosa Cabrios
Ciudad de México. - La Plaza del Zócalo de la capital mexicana se había convertido ayer en un hervidero de estudiantes, hippies solidarios, vendedores y curiosos en espera de que avance hasta el centro de la capital la guerrilla zapatista del estado de Chiapas. Bajo un sol implacable, vendedores de sombreros, camisetas con la imagen de Marcos, pasamontañas negros y gorras de béisbol trataban de colocar su mercadería entre las personas que desde temprano empezaron a afluir hacia la plaza. "¡Para que no se les pongan prietos (morenos) los cachetes!", gritaba un vendedor de sombreros de paja, que ofrece su mercancía a 10 pesos (un dólar). "Apoye a la prensa obrera, prensa marxista", proclamaba otro, mientras sacudía en el aire ejemplares de un folletín de izquierda. Desde la tarima, una mujer preparaba el ambiente, con una canción de protesta, para cuando lleguaran los comandantes del EZLN desde Xochimilco, un poblado del sur de la ciudad, en el punto culminante de una marcha sin armas para pedir la aprobación de una ley de derechos indígenas. "Ya no hay que ser sumisos ante esta autoridad, ya basta de dejarnos de Fox neoliberal", canta la mujer desde el escenario. "Ya, ya, ya, ya", exigía, retomando una expresión que usó durante su campaña el presidente de México, Vicente Fox. En la plaza, una explanada de 240 metros de lado, cuelgan carteles de apoyo al EZLN o la causa indígena. En los lujosos hoteles con balcón al Zócalo ya estaban todos los lugares reservados para ver el acto desde lo alto."Todos somos indios del mundo", dice una sábana de los "Monos blancos", un grupo de anarquistas italianos que estuvo a cargo de la seguridad en una parte de la marcha y por su rudeza fue objeto de múltiples críticas. Miembros de organizaciones obreras o indígenas, representantes del movimiento estudiantil huelguista de la Universidad Nacional Autónoma de México (CGH), militantes del centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) se congregaron en la plaza. Entre los que se acercaron a la plaza para asistir al acto figura el ex legislador Gilberto López y Rivas, que fue miembro de la Comisión de Concordia y Pacificación de Chiapas. Este "es el domingo de los zapatistas", indicó. No obstante, no todos los capitalinos se sienten atraídos por el mitin y muchos prefirieron seguir con su vida normal.
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