Año CXXXIV
 Nº 49.054
Rosario,
lunes  12 de
marzo de 2001
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La Capital publicó que las carreras se realizan ante un millar de asistentes
La Justicia investiga las picadas que rugen en el Paseo Ribereño
Para el ministro Baltuzzi "es una barbaridad". Bonfatti promete tomar medidas. Duras críticas contra Tránsito

Diego Veiga Lisy Smiles

El juez de Faltas Osvaldo Alzugaray investiga por estas horas qué es lo que sucede todas las madrugadas de los viernes en el Paseo Ribereño, luego de que un informe de La Capital dio cuenta ayer de que en la zona se realizan alocadas picadas bajo la atenta mirada de unos mil espectadores. Para el integrante de la fundación Conciencia Vial, Gerónimo Bonavera, "la noche de la ciudad es una zona liberada para los que tienen plata y poder", en alusión al nivel social que predomina entre los pilotos que desafían la muerte cada semana en plena avenida Colombres. Bonavera fue aún más contundente: "La Dirección de Tránsito sólo se dedica a recaudar. Si controlaran, esta locura no existiría".
La intervención de Alzugaray se dio luego de que desde la jefatura de la comisaría 10ª se informara al magistrado de la existencia de una zona de picadas en el Paseo Ribereño. Así lo dio a conocer ayer a La Capital el oficial Víctor Vega, que estaba a cargo de la dependencia.
-Lo que tengo para informarle es que estamos actuando de oficio de acuerdo a la orden del Juzgado de Faltas Nº1.
-¿Por qué recién ahora?
-Porque nos anoticiamos por el diario.
-Pero en los días que se hacen las picadas siempre aparecen móviles de la 10ª.
-Ah, no sé... yo siempre estoy acá y me manejo con papeles.
-Pero los agentes que las ven ¿no les informan nada?
-No sé, yo no los vi. Si usted sabe tanto, venga a declarar.
Lo cierto es que La Capital pudo presenciar durante dos jueves consecutivos el temible fenómeno. A la cita de la semana pasada asistió cerca de un millar de personas, en su mayoría jóvenes. Un grupo de ellos protagoniza las picadas, que tienen características informales, y el resto se convierte en un público privilegiado que observa desde los canteros laterales e incluso desde el central del Paseo Ribereño.
La actuación de oficio de un juez, luego de que la policía (que también las ha observado) le informara de las picadas, se choca con la apreciación del ministro de Gobierno de la provincia, Angel Baltuzzi, quien ayer, consultado por este diario, consideró que el tema era de injerencia municipal. "El control es municipal", aseguró, aunque admitió que la existencia de un autódromo en pleno Paseo Ribereño "es una barbaridad, hay que impedirlo, pero la policía no puede meterse en los temas de tránsito. Si necesitan apoyo policial, que lo soliciten", indicó.
Justamente desde la Municipalidad, el secretario de Gobierno, Antonio Bonfatti, dijo que no estaba al tanto de la existencia de las picadas pero prometió tomar medidas. "Hemos hecho innumerables operativos con la policía en esa zona pero no tengo noticias de que ahora se sigan corriendo picadas. Si se siguen haciendo, habrá que tomar medidas", señaló.

"Durante la noche no hay inspectores"
Bonavera buscó ayer encontrar una explicación a la puesta en marcha de autódromos urbanos descontrolados. "En esta ciudad no hay inspectores durante la noche. Resulta increíble, pero a la una de la mañana se corta el servicio de inspectores de la Dirección de Tránsito y se reanuda a las siete. No tienen turnos nocturnos y la ciudad se convierte en una zona liberada para el que tiene plata y poder", disparó. Las picadas que pudo presenciar este diario comenzaron cerca de la medianoche de los últimos dos jueves para extenderse por al menos una hora y media.
La Capital dio cuenta de que la mayoría de los seguidores de las picadas llega al lugar en autos de modelos recientes -algunos costosos- que quedan estacionados a 45 grados sobre la avenida.
Para el integrante de Conciencia Vial, "hay que disolver la Dirección de Tránsito, porque no sirve para nada, directamente no existe. En esa zona -por el sector del Paseo Ribereño- todo está liberado, hay boliches que hacen lo que quieren, jóvenes bebiendo sin control y encima picadas en plena avenida", indicó.
Lo cierto es que el rugido de los escapes libres de los autos preparados se escuchó la madrugada del viernes en pleno Paseo Ribereño. Desde la EG3 que hay en el lugar, y en donde se improvisan los boxes, cientos de jóvenes asistieron al ritual tuerca. Por ahora la velocidad parece no encontrar un freno por parte de las autoridades. Ayer prometieron controles.



La Costanera y Washington es el lugar de la largada.
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