Año CXXXIV
 Nº 49.053
Rosario,
domingo  11 de
marzo de 2001
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Hábil cuentero
Detenido por una serie de estafas con créditos
Logró engañar a unas cincuenta personas, a las que defraudó por un monto total de 60 mil pesos

Santa Fe.- Un hombre fue detenido acusado de ofrecer créditos prendarios que nunca llegaron a las personas que habían solicitado los préstamos. La maniobra fue desbaratada cuando el sospechoso ya había engañado a unas cincuenta personas. Una fuente judicial sostuvo que el monto de la estafa ascendía a unos sesenta mil pesos.
El presunto estafador fue identificado por la policía como Edgardo Cabrol, de 44 años, y oriundo de la ciudad de Paraná, aunque, según una fuente policial, decía llamarse Manuel Alconzaga y representar a empresas multinacionales interesadas en instalarse en Santa Fe para ofrecer créditos prendarios.
A través de avisos publicados en los medios, Cabrol logró interesar a una mujer para que abriera una oficina y contratara a su vez a promotores para que ofrezcan los préstamos. En un primer momento, el embaucador no despertó sospechas porque presentó documentación que supuestamente acreditaba la representación de las empresas. Después, los investigadores comprobaron que era falsa.
Entonces la mujer, cuyo nombre no trascendió, abrió un local en 9 de Julio y General López, en el sur de la ciudad, a dos cuadras de la Casa de Gobierno, y contrató a tres estudiantes para que actuaran como promotores.
Rápidamente numerosos vecinos con la intención de obtener créditos, que serían entregados tres meses después, se presentaron en la oficina. Lo hicieron con distintos documentos como escrituras de propiedades y registros de automotores para avalar los préstamos.
Los interesados debían pagar el 0,3% del valor de cada inmueble, y mil pesos, cuando se trataba de vehículos. Pero la mujer comenzó a sospechar porque no terminaban de convencerla algunas actitudes de Cabrol: el embaucador demoraba los depósitos de los créditos que se debían otorgar. También le pidió a la socia que abriera una cuenta personal en una entidad crediticia para depositar el dinero.
Además otro detalle llamó la atención de la mujer: el presunto estafador nunca iba a la oficina y en cambio la citaba en el bar del Automóvil Club, ubicado a unas veinte cuadras de donde funcionaba el local comercial.
Pero tampoco Cabrol les pagó a los promotores durante los tres meses que estuvo abierta la oficina. Entonces la mujer decidió no aceptar el dinero de los clientes y denunciar la maniobra delictiva al juez de instrucción José Manuel García Porta. El magistrado montó un operativo y el lunes pasado, en el bar del Automóvil Club, donde Cabrol volvió a citar a la mujer, la policía detuvo al estafador.


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