| | Fischer se defiende de su pasado revolucionario
| Berlín. - El ministro de Exteriores alemán, el verde Joschka Fischer, arremetió ayer contra la oposición conservadora, al quejarse de la "hipocresía de quienes están tratando de explotar políticamente" el debate sobre su pasado de izquierdista radical en los años setenta. "Yo todavía me acuerdo muy bien de la dictadura de Franco, y de quién se manifestaba en su contra y de quién lo cortejeaba", dijo Fischer en un discurso pronunciado en el Congreso de Los Verdes en Stuttgart. La alusión de Fischer guarda relación directa con las investigaciones de la fiscalía de Francfort, que sigue un sumario por un presunto delito de falso testimonio no jurado contra Fischer. Según publicará la revista Der Spiegel, la fiscalía estudiará a comienzos de la semana entrante un polémico informe del servicio de espionaje interno que relaciona al ahora ministro de Exteriores alemán con una manifestación violenta contra el consulado español de esa ciudad en 1975. El dominical alemán Bild am Sonntag -que fue acusado públicamente por el canciller alemán, Gerhard Schroeder, de participar en una campaña orquestada contra el gobierno-, había asegurado la semana pasada que el informe no contiene información comprometedora sobre Fischer. La publicación afirmó que el nombre de Fischer aparecía en el expediente, pero sólo como uno de los 150 participantes de una reunión preparatoria de la manifestación contra la ejecución de opositores al régimen franquista en 1975, que tuvo un desenlace violento. Según Bild am Sonntag, el informe no precisaba si Fischer intervino activamente en el debate o en la preparación de decenas de cócteles molotov que fueron arrojados contra el consulado de España. Fischer nunca descartó haber participado en la concentración -en aquella época estuvo "en casi todas", según declaró en una entrevista-, pero sí niega, tajantemente, haber arrojado jamás cócteles molotov.
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