Santiago. - El comandante en jefe de la armada chilena, almirante Jorge Arancibia, defendió la acción de las policías secretas del régimen dictatorial de Augusto Pinochet y dijo que no se puede "ser tan exigentes" en materia de derechos humanos con esa clase de organizaciones. El almirante hizo esta defensa del terrorismo de Estado pinochetista en la víspera del primer aniversario de gobierno del presidente Ricardo Lagos.
"Todo el mundo apunta a la Dina (Dirección de Inteligencia Nacional) y (su sucesora) la CNI (Central Nacional de Informaciones), pero se olvidan que sus miembros también hicieron un esfuerzo extraordinario. Se ha olvidado que hubo acción terrorista", arguyó Arancibia en declaraciones al matutino La Tercera.
"Ahora, que se cometieron horrores en ese intento, es posible, cuando se vive en ese mundo. No hay que ser tan asépticos y exigir que un organismo de seguridad sea blanco y transparente", agregó. Tres ex directores y decenas de ex agentes de la policía secreta se encuentran procesados por diversos homicidios, entre ellos el general retirado Manuel Contreras, que acaba de cumplir su condena a 7 años por el asesinato en Washington del ex canciller de Allende Orlando Letelier.
En enero las fuerzas armadas entregaron antecedentes sobre el destino que tuvieron 200 prisioneros políticos, en el marco de la denominada Mesa de Diálogo. Según admite el informe, cuarenta y nueve fueron enterrados en fosas y 151 lanzados al mar, lagos o ríos. Los organismos de derechos humanos estiman que en otros 800 casos de detenidos-desaparecidos actuó la policía secreta.
En sus polémicas declaraciones, el jefe naval criticó a los defensores de los derechos humanos y al Poder Judicial por el procesamiento de Pinochet y por la no aplicación estricta de una ley de amnistía.
Sostuvo Arancibia que "al que se atraviesa en el camino de los derechos humanos le pasa una aplanadora por encima, sea cardenal o ministro. Por ello estamos próximos a que deba ser la sociedad la que diga ¡ya basta! ¡está bueno!".
Las declaraciones de Arancibia se suman a un acto realizado el jueves en el que civiles y militares se solidarizaron con el jefe del Estado mayor de la fuerza aérea, general Hernán Gabrielli, denunciado como torturador por ex detenidos y ex militares.
El gobierno le ha restado importancia al acto, pero el viernes el presidente Ricardo Lagos advirtió que reprenderá severamente todo acto que no esté dentro de la institucionalidad.
Las polémicas declaraciones de Arancibia dan un oscuro marco al primer aniversario de Lagos, el primer gobernante socialista en Chile desde el derrocado Salvador Allende.
Junto con el alto desempleo, la herida abierta de los derechos humanos sigue siendo uno de los grandes déficit de su gestión. El retorno del pasado de la dictadura, unas fuerzas armadas aún fuertemente influidas por el ex dictador -como lo prueban las declaraciones de Arancibia- y la división de la sociedad en torno a este tema se han acentuado fuertemente este año.
Lagos, tal vez el principal enemigo político del ex dictador, que incluso lo encarceló, se aferró a la tesis de que la situación de Pinochet estaba centrada en los tribunales, que primero lo despojaron de su fuero parlamentario y ahora lo mantienen detenido y procesado.
Agenda política
La situación de Pinochet ha marcado en gran medida la agenda política del gobernante, que no ha podido lograr la aprobación de reformas constitucionales ni laborales.
El líder opositor Joaquín Lavín, a quien Lagos derrotó por estrecho margen en la segunda vuelta de la elección presidencial, le reprochó no haber cumplido su plan de creación de empleos y dijo que por lo tanto no hay nada que celebrar.
"No se han cumplido las expectativas. Se dijo que se iban a crear 200.000 empleos y resulta que después de un año no se ha creado ninguno", sostuvo.
También ensombreció este primer año un escándalo de millonarias indemnizaciones recibidas por empleados públicos oficialistas de la anterior administración, pero que salpicó al gobierno de Lagos.
El mandatario, sin embargo, hizo un balance positivo de su gestión. Señaló que, pese a los problemas de empleo, el país creció el año pasado en un 5,6 por ciento y para este año se espera un aumento similar.
Destacó que el procesamiento a Pinochet, a otros ex militares y la información de las FFAA sobre el destino de 200 detenidos desaparecidos han marcado un avance. "Hemos avanzado en terrenos que nos parecía muy difícil hacerlo", expresó.
La Ciudad
