| | cartas Semillero de nazis
| No es mi intención entrar en una polémica que puede resultar absurda, sino contestar por este medio las declaraciones emitidas por el señor Cristián Hernández Larguía la semana pasada en este diario. En primer lugar, como ex alumna del Colegio Alemán me siento realmente ofendida ante su afirmación de que esta institución es un semillero de nazis. Ni soy nazi, ni lo es mi familia, ni en ningún momento se ha hecho referencia desde la cátedra en sentido aprobatorio a tan nefasta ideología. El señor Larguía debería saber que en el Colegio Alemán todos los directivos, docentes y no docentes que tuve a lo largo de 14 años son hombres y mujeres de honor y que la mayoría también enseñan en otras instituciones públicas y privadas. Por otro lado, convengamos que en pleno siglo XXI no podemos juzgar a las instituciones ni a los que forman parte de la misma con parámetros de hace décadas. No tiene validez científica, así como tampoco las subjetividades y reduccionismos: el decir que todas las instituciones alemanas son focos nazis está lejos de formar una opinión abierta y constructiva, sino por el contrario contribuye aún más a la categorización injusta de los pueblos. La tragedia nazi afectó al mundo entero, incluido al mismo pueblo alemán que nunca podrá despojarse de semejante estigma. Soy también consciente que este hecho lastimó a la comunidad judía que sufrió y sufre todavía las secuelas. Es por todo esto que considero prudente que demos un mensaje objetivo para que entendamos que es sobre la armonía y la tolerancia entre los pueblos como se construye la paz. Ana Florencia Ortigoza
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