El más pequeño de los estados australianos, Tasmania, está situado en el extremo sudoriental del continente. Su geografía montañosa combina paisajes bucólicos, lagos, cascadas y prístinos desiertos. Si bien la isla tiene una historia de colonia penal, hoy los visitantes pueden descubrir su encanto sin inconvenientes.
Sus desiertos, considerados patrimonio de la humanidad, constituyen una de las principales atracciones turísticas, al igual que el Parque Nacional Craddle Mountain-Lake St. Clair.
Una experiencia inolvidable es realizar un vuelo panorámico sobre el Parque Nacional South West. Y para los más aventureros están reservados los rápidos del Franklin-Lower Gordon Wild Rivers, que regalan descensos de rafting apasionantes.
Los lagos y arroyos ricos en trucha marrón caracterizan al país, que también es famoso por su producción de quesos, frutas finas, carne vacuna de primera calidad, manzanas, miel y excelentes vinos.
Histórica capital
La capital del estado, Hobart, fue fundada en 1804, siendo la segunda ciudad más antigua de Australia. En el estuario del río Derwent y con el monte Wellington como telón de fondo, es considerada la comunidad australiana con más historia.
A este pasado se remonta Salamanca Place, en el centro urbano, donde se destacan construcciones que datan del primer asentamiento de colonos, locales de artesanías, cafés y restaurantes.
Con más de 40 edificios históricos todavía en uso, el cercano Battery Point, un barrio costero establecido en 1804, se mantiene en gran parte como un área residencial. Un recorrido a pie por la zona es la mejor manera de observar los detalles de las viviendas que utilizaron los primeros pescadores.
Otra buena alternativa de entrar en contacto con el patrimonio histórico del lugar es visitar el Museo y Galería de Arte de Tasmania. El sitio ostenta una destacada colección de arte colonial y exhibiciones de la historia natural y cultural del Estado. De interés histórico es también Cascade Brewery, la destilería de cerveza más antigua del país.
Museo del Whisky
También existe la posibilidad de admirar la única destilería y Museo del Whisky de Australia, para lo que hay que trasladarse a Gasworks Village. Restaurada en el siglo XIX, la villa ofrece a sus visitantes bares, tiendas de arte, jugueterías y un mercado de artesanías, que funciona todos los domingos.
Quien llegue a Tasmania tampoco puede dejar de realizar un recorrido por el Jardín Botánico Real, situado a dos kilómetros del centro capitalino. Cuenta con una colección de plata, conservatorio, invernadero tropical, jardín de hierbas y varias fuentes.
Para lograr una vista panorámica de Hobart, no hay mejor opción que acceder hasta la cima del monte Wellington, de 1.234 metros. Desde esta altura se observa la singular belleza de la ciudad, que a pesar de ser pequeña atesora una cantidad sorprendente de lugares donde comer, desde informales pubs hasta exclusivos restaurantes.
Entrada la noche, los amantes del juego tienen una cita obligada en el Wrest Point Casino, ubicado en las cercanías del puerto, con mesas de ruleta, craps, black-jack y el puramente australiano two-up. El complejo dispone de restaurante giratorio con vista al río Derwent, cafetería, once bares, áreas de entretenimiento, clubes nocturnos y centro de convenciones.
Explorando la isla
A 27 kilómetros al nordeste de Hobart se encuentra la encantadora villa georgiana de Richmond. En este sitio se conserva el puente más antiguo de Australia y se consiguen las mejores obras de arte y artesanías del país.
También es recomendable visitar New Norfolk, un sitio famoso por sus campos de lúpulo y arquitectura de principios de siglo. El pueblo fue fundado en 1807 por convictos procedentes de Norfolk Island.
Aquí el visitante puede optar por realizar un paseo en jet-boat por el río Derwent, recorrer el Parque Nacional Mount Field o ver cómo se trabaja en un establecimiento ovejero en el Hamilton Sheep Centre.
Además se pueden aprovechar las excursiones que parten diariamente de Hobart hacia Huon Valley. En el recorrido de 45 minutos se aprecian las plantaciones de manzanas y cerezas de las granjas linderas. También a la vera del camino funcionan criaderos de ostras y salmones, abiertos a los turistas.
Pero la gran atracción de Tasmania se encuentra en Port Arthur Historic Site, 100 kilómetros al sur de la capital. Allí se levanta el penal que constituye uno de los sitios históricos más significativos de Australia. La cárcel modelo restaurada, el hospital, la iglesia y casi treinta edificios en ruinas atraen anualmente a miles de visitantes. Incluso los más aventureros se animan a explorar los secretos de Port Arthur a la luz de linternas.