Los pibes salaítos se encaminaban hacia una victoria justa, lógica y hasta casi cómoda cuando se llevaban jugados 20 minutos de la segunda mitad del partido, en la vieja canchita de la barranca quilmeña. Habían hecho un primer tiempo de gran nivel, demostrando superioridad en los pies de Mellado, pequeño en tamaño, grande en talento y actitud, en el trabajo de Tombolini, el criterio de Pusineri y en el oportunismo de Cortalezzi, que fusiló al arquero local Re luego de una inteligente jugada colectiva, a tres toques, que arrancó desde un córner. Pero el Mate lo dio vuelta en los últimos 25 minutos, con más oficio que buena técnica, y dejó fuera de contexto al 75 por ciento de partido que se había jugado hasta entonces. Argentino pagó demasiado caro su incapacidad para ponerse 2 a 0 y liquidar el pleito, cuando tuvo dos tiros libres sobre la línea del área, dentro de la medialuna y los desperdició, o cuando Pedernera, solo, se distrajo mirando al juez de línea en un mano a mano con el arquero, ya en el segundo tiempo. En el último tramo los locales lograron el empate en una jugada donde el lateral Pedraza logró llegar al fondo y cruzar un centro para que Manzini defina de frente al arco. Siete minutos más tarde, otra jugada por el mismo sector. Esta vez desbordó Manzini y Bassani en su desesperación por cerrar la terminó empujando adentro. Los pibes de Sorrento, aunque muy golpeados por la injusticia, intentaron la reacción en los últimos 15', que se habían calentado y enrarecido. El entorno que implica la localía en la primera B, y la casi natural cuota de cinismo con que los árbitros permiten pegar delante de sus narices (a Mellado le dieron mucho y duro), impidieron que el partido se encaminara en la dinámica que necesitaban para imponer su superioridad técnica. Akerman, que ingresó por Ariagno, se perdió el empate a 10' del final y a Mellado le faltó resto para armar la jugada que pudiera perforar la doble línea de cuatro con que a esa altura se defendían los quilmeños. Ya en tiempo de descuento, una corrida fulminante del goleador Manzini, nuevamente por la izquierda terminó en el tercer gol luego una definición lujosa ante la salida de Massa. Argentino se quedó sin nada por no tener oficio.
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