Año CXXXIV
 Nº 49.053
Rosario,
domingo  11 de
marzo de 2001
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Mañana comienza la novela "Enamorarte", protagonizada por el hijo de Palito
Emanuel Ortega: "No me considero un galancito"
El cantante está satisfecho con la nueva etapa de su carrera que amplia sus objetivos

Emanuel Ortega está convencido que la vida fue y es generosa con él. Y los hechos parecen ratificarlo. A los 16 años comenzó su carrera como cantante con las credenciales heredadas de su padre, Ramón "Palito" Ortega. En 1994 grabó su primer disco, "Conociéndonos", al que siguieron "Soñé" (1995), "Emanuel Ortega" (1997), y "A escondidas" (2000) que tuvo una intervención de Andrés Calamaro. "Un artista -señaló- va cumpliendo etapas de su vida. Cuando comencé era casi un chico y lo máximo que aspiraba era subirme a un escenario y grabar un disco. Hoy tengo 23 años, cuatro discos y el sueño de seguir creciendo".
En ese sentido, el hijo de "Palito" sumará a partir de mañana su primera experiencia televisiva, cuando protagonice "Enamorarte", junto a Celeste Cid, que irá por Canal 5 de lunes a viernes a las 18. Una nueva etapa que merece algunas aclaraciones: "Una carrera artística con el correr del tiempo abarca muchas cosas, pero mi función de cantante estará siempre en un primer plano." Aunque está en pareja con la modelo Ana Paula Dutil, junto a quien espera su primer hijo, Emanuel aseguró a Escenario que ni el casamiento ni formar una familia está en sus planes inmediatos, sino en darle impulso a su carrera.
El elenco está encabezado, además de Ortega, por China Zorrilla y Mario Pasik, a quienes acompañan Samuel Arena, Nicolás Mateo, Mariano Torre, Sergio Surraco, Gimena Riestra, Carla Peterson, Silvia Bayle, María Fernanda Callejón, Mariana Richaudeau, Héctor Anglada, Mayra Homar, Esmeralda Mitre, Matías Fiszson, Gonzalo Heredia, Dense Kornitz, Daniela Viagiamari, Martín Pavlosky, Trinidad Alcorta y Tomás Faiella.
-¿Qué diferencias encontrás entre actuar y cantar?
-Son dos modos distintos de producir y cada uno requiere ingresar en el código adecuado. La televisión tiene otro ritmo y otro vocabulario. Es muy fuerte estar todos los días en la pantalla del televisor, dentro de la casa de la gente. La exigencia es otra.
-¿Quién es tu personaje?
-Tendré el rol de Santiago, un joven de Buenos Aires que vivió toda su vida en Mendoza, y que practica remo. Ya se filmaron unas escenas que corresponden a una competencia de remo en el lago de Los Reyunos, para la cual contamos con la colaboración de más de doce remeros del Club Regatas de Mendoza y un entrenador especializado.
-¿Cuánto tiene que ver tu personaje con Emanuel Ortega?
-El personaje tiene poco que ver conmigo, porque estoy interpretando. En cambio en la música yo trabajo para un personaje que soy yo mismo.
-¿Te genera algún tipo de competencia la coincidencia de que tu padre justamente ahora también esté vinculado a la televisión a través de la música de "El sodero de mi vida"?
-No pienso competir con mi padre, nunca ni en nada, aunque me parece divertido que él esté en un canal (el 13) y yo en otro (Telefé). Eso sí, aunque haya heredado la vocación por desarrollar los múltiples oficios que me marcó mi padre, porque él también fue cantante y actor, estoy seguro que no voy a incursionar en política. Hasta ahora estoy feliz por los resultados que se están logrando, y por ser parte de un trabajo del cual me enorgullezco.
-¿Qué le aporta a tu carrera este nuevo trabajo?
-Tiene algunos beneficios adicionales para mi vida. De alguna manera funciona como un ordenador obligado. Concretamente, y entre otras cosas, lo bueno de estar en la novela es que termina un poco con la vida que venía trayendo, que la verdad, era un poco imprevisible, al punto de no saber que pasaría al día siguiente. Ahora, al menos, sé que tengo que hacer cada día: filmar la novela.
-¿Vas a extrañar las giras?
-En las giras como cantante de repente estás en México y te dicen: "Mañana vas a Puerto Rico". Y tenés que ir sin chistar porque así son las reglas del juego. La novela normalizó mi relación con Buenos Aires y por ahora ya no me pasaré tres meses dando vueltas por ahí sin volver a casa.
-¿Podrás acostumbrarte a una rutina?
-No sé exactamente cómo me llevaré con la rutina de trabajo, pero lo fundamental es que tengo una muy buena predisposición. Ahora me tendré que acostumbrar a otro tipo de rutina, como ser tener que levantarme todos los días a las ocho de la mañana... Creo que una vida un poco más normal y ordenada me va a hacer crecer. Las jornadas de grabación son largas y cansadoras, pero cuando ves el resultado final te das cuenta que valió la pena.
-¿No ves un conflicto de vocaciones entre una carrera que parecía definitivamente encaminada a la canción y que ahora se detiene?
-Experimentar con la actuación es sumar un ingrediente en mi carrera. Yo empecé a los 16 años como cantante y es lo que voy a seguir haciendo. Mi función de cantante estará siempre en un primer plano, y este papel es sólo un primer paso en lo actoral. La música seguirá siendo siempre el pilar de mi trabajo. De todos modos esta posibilidad que me da Telefé no la tomé de un modo ligero, sino que la medité muy bien, porque para poder hacer bien este nuevo trabajo tenés que estar muy preparado de acá arriba (se toca la cabeza).
-¿Cuánto influyó en tu carrera ser parte de una familia famosa? ¿Es posible que eso traiga dudas sobre tus posibilidades histriónicas?
-No soy un improvisado. Todo lo que tengo es porque me lo fui ganando, no me regalaron nada. Todo lo busqué y lo provoqué. Siempre que tuve un sueño, lo fui cumpliendo, y, en lo posible, lo fui haciendo más grande. La actuación es una oportunidad, la tomo como tal.
-¿No pensás que para algo hay escuelas donde se aprenden técnicas de actuación?
-Hay grandes actores que jamás han estudiado en la vida y sin embargo son grandes. No niego que darle un enfoque orgánico al aprendizaje de la actuación es algo útil, pero la buena o la mala actuación no dependen únicamente de lo que te enseñan, sino de lo que uno pueda comprender, igual que la música. Nadie te puede enseñar de manera absoluta. Creo que sólo valen algunos consejos. Actuar es básicamente comprender a una persona que no sos vos, y hacerlo creíble para que la gente lo compre (sic).
-¿Cómo reaccionó el resto de elenco, integrado por actores y actrices de larga trayectoria?
-Estoy muy agradecido con todos ellos por la forma en que me contienen en esto que para mi es nuevo. Todos los días son distintos. El primer día no fue igual que ayer o que hoy y en cada ocasión me voy sintiendo más cómodo. Por supuesto que estoy rodeado de gente que tiene mucha más experiencia que yo y de algún modo me sostienen y me guían. A todos ellos les digo muchas gracias.
-¿Creés que este trabajo en "Enamorarte" te impulsará como un galancito televisivo?
-No adhiero al rótulo de los nuevos galancitos, sea quien fuere, porque creo que los galanes ya no existen y, si existieran, no me gustaría formar parte de ellos.
-¿Le pediste opinión a tu novia sobre si aceptabas o no este trabajo?
-No sé bien qué opina mi novia porque, la verdad, no le pregunté. Tendrías que preguntarle vos. Pero me imagino que le gusta que actúe en una novela.
-¿Cómo suponés que afectará tu vida personal un trabajo tan intenso como grabar una novela?
-Es difícil estar cerca de la familia cuando no te queda tiempo material. O estar con mi novia, o con mis amigos, o hacer lo que tenga ganas, como ir al cine, por ejemplo. Siempre es difícil articular la vida privada con el trabajo.
-¿Está en tus planes formar una familia?
-Si te digo que estoy mucho tiempo con la madre de mi futuro hijo te miento, porque no puedo. Si hoy, con 23 años, me detengo a formar una familia, me podría dar la cabeza contra la pared cuando cumpla 30. Quiero acumular, seguir creciendo y el día de mañana parar el carro, mirar a mi alrededor y decir: Llegó el momento de casarme y, porqué no, de formar una familia. Pero por ahora tengo otras prioridades en mi vida.
-¿Ana Paula Dutil y el hijo de ambos ya no son una familia?
-Tener un hijo tal vez ya sea una familia, pero honestamente, por ahora no pienso sacar el pie del acelerador. Igual estoy agradecido, es un regalo de Dios.
-¿En qué orden de prioridades está en tu vida el casamiento?
-La palabra casamiento no existe en mi vocabulario por, al menos, los próximos ocho años.



Ortega y Cid encarnarán un amor adolescente.
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