En lo que será la ceremonia de beatificación más numerosa en la historia de la Iglesia Católica, el Papa Juan Pablo II, fiel al estilo de su pontificado, elevará mañana a la gloria de los altares a otros 233 religiosos y laicos asesinados durante la Guerra Civil española (1936-1939).
Con la ceremonia de beatificación que será celebrará en la plaza de San Pedro de Roma, aumentará a 463 el número total de sacerdotes, religiosas, religiosos y seglares beatificados o canonizados tras haber sido asesinados a causa de su fe en la persecución religiosa durante dicha contienda y la revolución de Asturias (1934).
La mayoría de los futuros beatos -todos menos seis- proceden de la archidiócesis de Valencia, ya que el arzobispo de dicha ciudad, Agustín García Gascó, se ha ocupado especialmente de revisar al detalle la trastienda oscura de la guerra que, según el Vaticano, provocó el martirio de unos diez mil católicos.
Mañana serán elevados a los altares entre otros 42 seglares valencianos muertos en lo que la Santa Sede ha denunciado como una verdadera cruzada contra los fieles cristianos durante la contienda civil. Aquí aparecen casos como el de Teresa Ferragut, asesinada a los 84 años de edad junto a sus cuatro hijas monjas.
Ejemplos para los fieles
Polémico decretos
Polémico decretos
La ceremonia, que se produce medio año después de que Juan Pablo II beatificara a 120 mártires asesinados en China a principios del siglo XX durante la revolución de los boxers, viene enmarcada dentro de los deseos del pontífice de conservar para la historia los ejemplos de fieles que dieron su vida sangrientamente por la fe.\A este propósito creó en 1996 la llamada Comisión para los Nuevos Mártires, que con una visión ecuménica se encarga de estudiar algunos de los casos de los más de 26 millones de fieles de las diferentes confesiones cristianas que, según el Vaticano, murieron como mártires durante el siglo pasado.\Entre ellos, los testigos de la fe durante la Guerra Civil española forman el segundo grupo más numeroso, después de los de la extinta Unión Soviética, a la que pertenecen el 70 por ciento de los casos registrados.\El año pasado fue la última vez que Karol Wojtyla elevó a los altares a mártires de la persecución religiosa de la década de los 30 en España. En aquella ocasión canonizó a diez, entre ellos a Ceferino Jiménez Maya, el Pelé, considerado el primer santo gitano.\