Uniéndose a la preocupación internacional, la asamblea general de las Naciones Unidas (ONU) llamó urgentemente ayer a los talibanes de Afganistán a que detengan la destrucción de los monumentos históricos de otras religiones. Los 189 países miembros de la ONU adoptaron una resolución, sin llegar a una votación y propuesta por Alemania, que señala que la destrucción de estatuas -particularmente esculturas budistas esculpidas en Bamiyan- causará una "irreparable" pérdida a la humanidad. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, que visitará Pakistán este fin de semana, tiene programado reunirse con exponentes de la ONU en Islamabad. Según el portavoz de Annan, Manuel de Almeida e Silva, se esperaba que tuviera contacto con los Talibán, pero indicó que todavía no se podía confirmar. Annan viajó ayer a Londres, para dirigirse luego a Pakistán, Nepal, Bangladesh e India, a fin de mantener conversaciones con esos gobiernos en una gira que le llevará unos diez días. La asamblea pidió a los funcionarios de la ONU asimismo, que tomaran todas las medidas técnicas para salvar las esculturas, consideradas parte del patrimonio cultural de Afganistán y, si fuera necesario, sacarlas de los lugares públicos donde se encuentran. Los talibanes han rechazado todos los pedidos en relación a las estatuas, entre ellos del gobierno de Japón y de la Unesco.
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