Los últimos robos a bancos santafesinos tuvieron una característica en común: ninguno de ellos pudo ser esclarecido. La lista de episodios es la siguiente:
* 6 de diciembre: Tres hombres armados asaltaron una sucursal del Banco Nación ubicada frente al edificio de los Tribunales. Luego de golpear a un policía que custodiaba la entidad se llevaron 19 mil pesos en efectivo.
* 13 de diciembre: Cuatro asaltantes, con armas de grueso calibre, irrumpieron en la sucursal del Banco Bisel en la localidad de Los Molinos y se apoderaron de 80 mil pesos. Ocurrió a las 8, una hora después de que la entidad abriera sus puertas al público. En ese momento los ladrones entraron al banco con los rostros descubiertos y después de encañonar a un cliente y al custodio obligaron al gerente y al tesorero a abrir la caja fuerte para sustraer el dinero.
* 21 de diciembre: Dos hombres vestidos con uniformes policiales asaltaron una sucursal del Banco Credicoop de Arroyo Seco. Se llevaron 120 mil pesos después de golpear a un custodio y apropiarse de su arma reglamentaria. El atraco se registró cuando la entidad estaba cerrada y los asaltantes entraron luego de que el policía que custodiaba el lugar les franqueara el paso creyendo reconocer como un amigo a uno de los falsos agentes. El policía poco después quedó demorado.
El mismo día ocurrió un robo atípico robo en la localidad de Monte de Oca con relación a los golpes que se cometen habitualmente en entidades financieras. Desaparecieron 150 mil pesos de la bóveda del Banco Bisel de una manera desconcertante: el tesorero de la entidad denunció que dos hombres lo interceptaron en el pasillo de su casa y lo intimidaron con armas de fuego. Luego le pidieron que fuera a buscar el dinero al banco después de advertirle que su familia corría peligro si no lo hacía. El empleado cumplió y a los cuarenta y cinco minutos regresó con la plata requerida.
* 22 de diciembre: Dos hombres armados irrumpieron en el banco Credicoop de la localidad de General Lagos y tras controlar a los empleados y clientes huyeron con un botín estimado en diez mil pesos. Escaparon en un auto conducido por un cómplice que los aguardaba en las inmediaciones del banco.