Desde hace días las ciudades de Israel se encuentran en estado de máxima alerta después de informes de servicios secretos sobre posibles atentados suicidas. El brazo armado del movimiento radical palestino Hamas ha advertido en los pasados días que tiene a su disposición un total de diez suicidas dispuestos a darle la bienvenida al nuevo primer ministro Ariel Sharon con un "fuego artificial". Por eso, se encuentran patrullas de la policía por todas partes, se oyen sirenas a cada momento y cada vez que ciudadanos temerosos denuncian artefactos supuestamente sospechosos entran en acción los equipos de desactivación de bombas. Y más atentados parecen estar programados: hoy, lunes, los palestinos celebran la fiesta islámica del sacrificio en el que este año lamentarán especialmente muchos muertos. Se teme que los 370 muertos palestinos desde el inicio de la Intifada el 28 de septiembre pasado aumente aún más el odio contra los israelíes. Por su parte, los israelíes celebrarán el viernes próximo la fiesta popular de disfraces Purim. En los pasados años, extremistas palestinos trataron de empañar las festividades en ese día con sangrientos atentados.
| |