La población tomó conciencia de la dureza del pensamiento de Ricardo Hipólito López Murphy a mediados de 1999, cuando el economista propuso una rebaja salarial del diez por ciento para solucionar la crisis de déficit fiscal del Estado y de competitividad del sector empresario.
Los inmediatos intentos de la dirigencia de la Alianza por aclarar las declaraciones del más ortodoxo de los economistas radicales fueron suficientes para que no peligrara el posterior triunfo electoral de Fernando De la Rúa, pero la figura de López Murphy quedó vetada para el Ministerio de Economía.
Desde su despacho en Defensa, López Murphy esperó con paciencia que llegara su momento para cruzar la avenida Paseo Colón y reemplazar a José Luis Machinea. Después de todo, los ministros fusibles ya son un clásico desde el retorno de la democracia: Bernardo Grinspun miraba con recelo a su secretario de Planificación, Juan Vital Sourrouille, de la misma manera que Miguel Roig, Néstor Rapanelli y Antonio Erman González siguieron con atención los pasos del canciller Domingo Cavallo.
Un radical poco tradicional
Hijo del ex jefe de la policía bonaerense durante la presidencia de Arturo Illia y la gobernación de Anselmo Marini, sus posturas económicas nunca despertaron demasiado entusiasmo dentro del radicalismo tradicional: no formó parte de ninguno de los equipos que secundaron al ex presidente Raúl Alfonsín, a pesar de que por entonces ya era un profesional reconocido. Participó del think tank del candidato Eduardo Angeloz en 1989 junto a Adolfo Sturzenegger (un ex radical que abandonó el partido por tener ideas similares a las de López Murphy), Adalberto Rodríguez Giavarini, Francisco Mezzadri y Leonardo Anidjar.
La década menemista fue una verdadera paradoja para el hoy designado ministro de Economía. Mereció más elogios fuera de la Unión Cívica Radical que dentro del centenario partido y hasta se barajó su nombre como un potencial sucesor de Domingo Cavallo cuando abandonó la cartera de Economía.
El actual diputado acostumbraba a lanzar una advertencia que cobra un valor especial en la actualidad: "Si me sucede en el cargo, López Murphy va a ser más estricto que yo".
Su carácter frontal se puso de manifiesto en agosto de 1997, tras la constitución de la Alianza entre la UCR y el Frepaso. Un documento de medio centenar de economistas apoyando la flamante coalición no contó con su rúbrica. Meses después, la precandidata Graciela Fernández Meijide alertó públicamente que un eventual gobierno aliancista no podría contar con López Murphy al frente del Palacio de Hacienda.